






TomatesSalAjo en polvoOréganoAceite de oliva
1. - Lavamos muy bien los tomates y los cortamos en rodajas gruesas, yo los he cortado en 4, sin quitar nada, que si no se nos deshacen.

2. - Les ponemos un poco de sal, un un muchito de ajo en polvo y al gusto de orégano.

3. - Los rociamos con aceite de oliva y los ponemos a fuego fuerte, hasta que estén bien dorados por un lado. No conviene darles muchas vueltas, que si no, pierden la forma haremos un sofrito... así que sólo una vuelta.

4. - Dejamos que se hagan por el otro lado y listos!!!!!!


O, por que no, un entrante estupendo.
