Se que no he descubierto nada del otro mundo pero con la incorporación de la polenta en mi cocina, que descubrí gracias a La escuela de Cocina Le cordón Bleu de Madrid en una de las clases a las que asistí, se han abierto un montón de posibilidades.
Una de ellas: esas torrijas de polenta que no tiene nada que envidiar a las que se realizan con pan, se pueden acompañar con unas cerezas que suelo hacer concoñac (aquí) .
Además estas son perfectas para los celíacos.
Ingredientes para 4 personas:
Para terminar las torrijas
Hacer la polenta poniendo en un cazo la leche, el agua y la mantequilla, llevar a ebullición, añadir 1 cucharada de azúcar moreno dar unas vueltas y verter la polenta, cocer hasta espesar y que quede una masa homogénea.
En una bandeja untada con aceite verter esa masa, ha de quedar con un espesor de unos 2- 3 cm. aproximadamente, poner la superficie en contacto con film transparente y dejar enfriar un mínimo de dos horas.
Para las torrijas de polenta: Hervir el cuarto de leche junto a la cucharada de azúcar moreno, dejar templar.
Cortar con un cortapastas o cuchillo la polenta solidificada en rectángulos y dejarlos reposar en la leche azucarada unos 20-30 minutos.
Escurrirlos y pasarlos por huevo batido y freír hasta que queden dorados, escurrir del aceite y rebozar en una mezcla de azúcar y canela.
Acompañar con las cerezas al coñac y un poco de yogur griego.
Adornar con unas hojas de salvia si se desea.
**La cantidad de la mezcla de azúcar y canela varía dependiendo de lo mucho que os guste el "rebozado", así mismo se puede hacer con azúcar solo si es que no os gusta la canela.
**En cuanto a la proporción de cada uno, depende de vuestro gusto, yo le pongo ambos a partes iguales.
** c/s = cucharada sopera
: aseguraros bien de que todos los ingredientes sean sin gluten