¡Buenos días a todos!
En primer lugar, disculpad mi silencio durante este último mes: creo que nunca había estado tanto tiempo sin escribir por un motivo diferente a las vacaciones de verano. Mi situación laboral y personal cambió un poco (para mejor, indudablemente) y supongo que he estado descentrada. O, mejor dicho, he estado centrada en otros aspectos de mi vida fuera de la pantalla.
Mi vida personal ha acaparado la mayor parte de mi energía y he notado que últimamente nunca encontraba un momento para sentarme y escribir como antes sí hacía. No es cuestión de tiempo, porque siempre se tiene media hora o una hora para dedicarle a una entrada, aunque sea corta; es claramente cuestión de prioridades.
Creo que he sufrido la crisis de desgana que sufre todo bloguero alguna vez, cuando el tiempo escasea y los estímulos personales lo distraen. Pero tengo que reconocer que la lectura y el blog siguen siendo una parte muy importante de mi vida.
He hablado mucho de ello con una de mis hadas lectoras (gracias por estar ahí para sentarme la cabeza), me he dado cuenta de que el tercer aniversario del blog estaba al caer y me ha hecho pensar si realmente quiero continuar o no. Porque si lo dejo más tiempo, perderé el hábito y seguramente no vuelva.
Además, es curioso que haya sido pocos días después de mi entrada Top Ten Tuesday (39): razones por las que me gusta ser bloguera, así que también repasé todos esos motivos que di, uno a uno, por los que adoro estar en este mundillo literario. Y todos siguen siendo válidos y siguen siendo razones de peso para quedarme por aquí un poquito más.
Por lo tanto, con motivo del tercer aniversario del blog, retomo la actividad de El desván de los sueños.
Muchas gracias a todos los que pasáis y leéis.