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Tu amor es infinito - Maria Peura

Publicado el 16 noviembre 2016 por Rusta @RustaDevoradora

Tu amor es infinito - Maria PeuraEdición:Sexto Piso, 2016 (trad. Luisa Gutiérrez Ruiz)Páginas:208ISBN:9788416677047Precio:18,00 €
En el último año han aparecido varios libros que tratan el tema de los abusos sexuales, entre los que destacan Instrumental (2014), las memorias de James Rhodes, y Tan poca vida(2015), la monumental novela de Hanya Yanagihara. Tu amor es infinito (2001), el debut de la finlandesa Maria Peura(1970), inédito hasta ahora en castellano, plantea una aproximación más poética y sensitiva al asunto. La protagonista es Saara, una niña de siete años que pasa una temporada en casa de sus abuelos, en el campo, lejos de la ciudad, lo que acrecienta su opresión. Ella misma narra en primera persona del presente el calvario que comienza a sufrir en manos del abuelo. La abuela, a su vez vejada por su marido, maltrata a la niña. Los padres han dejado a Saara allí porque ellos tienen sus propios problemas. En este ambiente de dominación y violencia, Saara hace de la imaginación y el bosque sus refugios. Sus escapadas a la naturaleza y sus juegos con un amigo imaginario templan la perversión del hogar, le aportan libertad y la ayudan a creer que la ternura es posible.La particularidad de la historia de Saara reside en el lirismo de su voz: un estilo delicado, de tono dulce, en el que abundan las metáforas con las flores, el campo y los colores. Se crea un contraste entre la crueldad de los hechos y la armonía de las imágenes evocadas. Por ejemplo, en lugar de contar que la abuela tiene moratones en la cara, habla de «los trollius y las campánulas que florecen en el rostro de la abuelita» (p. 16); o, para aludir al semen, dice «el pene del abuelito me rocía un fango amarillo» (p. 34). Se parte de la idea de que Saara, en su rol de niña inocente, desconoce la entidad de lo que le están haciendo. Palabras como violación, maltrato o enfermedad no integran su vocabulario; ella inventa, con su imaginación, los nombres para recrear esta realidad (de ahí la importancia de la narración en presente: una retrospección desde su voz adulta no requeriría ya el punto de vista infantil). La imaginación, además, la libera: al no poder definir el horror, no ha perdido por completo la capacidad para evadirse de él. La voz de Saara se alterna con algunos fragmentos narrados por el abuelo, de tono más tosco. Si bien tienen su justificación (mostrar la perspectiva del pederasta), en la práctica no se logra caracterizar lo suficiente al acosador; solo da forma al cliché de hombre torturado por sus orígenes, también violentos, que paga con la niña su malestar.Son muchos los lectores que se han manifestado entusiasmo por esta novela, sobre todo por su habilidad para expresar el horror latente en una mirada límpida y por las figuras retóricas que emplea la autora. En su país fue bien recibida por la crítica y estuvo nominada al Premio de Literatura de Finlandia. Dicho esto, lamento decir que no formo parte de esa mayoría. Aun reconociendo la calidad de la prosa de Maria Peura y el esfuerzo por construir un punto de vista creativo, hay algo en Tu amor es infinito que no me convence, y tiene que ver con los excesos, con la exageración. Para empezar, hay un exceso de dramatismo: la niña no solo descubre el dolor en casa de los abuelos, sino que posteriormente sufre por sus padres y por la enfermedad de su maestra; todo resulta tremendamente oscuro, solo hay una pequeña luz al final. No importa que la novela sea más o menos «dura»; lo criticable aquí es el uso de estos elementos manidos para buscar la lágrima fácil, como si faltaran ideas para enriquecer el conflicto y su único recurso fuera recrearse en el dolor.

Tu amor es infinito - Maria Peura

Maria Peura

Excesos también por la dulcificación de la voz de Saara, tanto por las ya mencionadas metáforas florales como por el uso reiterado de diminutivos (abuelito, abuelita, niñita, vaginita, ombliguito). La narradora es una niña, de acuerdo, pero esto no lleva implícito que deba expresarse de este modo a lo largo de doscientas páginas. Tanta candidez, tanta inocencia, por mucho que sirva para trabajar su contradictoria situación interna, resulta cargante. Además, si se analiza con atención, el estilo de la autora no es tan original como se pretende, ya que tiene tendencia a utilizar expresiones tópicas y afectadas como «Mi alivio brota en forma de profundos sollozos» (p. 40), «el corazón me martillea los pulmones» (p. 74), «su sombra negra como la boca del lobo» (p. 80) o «Grandes lágrimas le resbalan por las mejillas» (p. 112). Lo que funciona en pequeñas dosis deja de cuajar cuando se hace evidente que la novela no tiene otra gracia que esa. Se nota que Maria Peura tiene talento para escribir, pero a Tu amor es infinito le sobra almíbar y le falta cuerpo.

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