Te deja, pero no te deja. Sigue llamándote, quedando contigo, actuando como si todavía fuerais una pareja. A estas alturas de la historia tú ya no sabes qué pensar. ¿Sólo quiere una amistad? ¿Por qué me besa y me abraza? ¿Quiere volver conmigo? ¿Qué hago?
Cuando nos deja una persona a la que todavía queremos, sigue una etapa en la que todavía nos resistimos a asimilar que todo ha terminado y alimentamos las esperanzas por medio de los detalles más inverosímiles. Desde un whatsapp a las seis de la mañana, hasta una canción en el muro del Facebook, cualquier cosa sirve para atizar el fuego y mantenernos a la expectativa, como si el amor hubiera pasado de ser un diálogo abierto entre dos personas dispuestas, a una negociación encriptada en la que cualquier paso en falso podría dar al traste con todo.
Si una persona te manda literal y figuradamente a freír espárragos y contradiciendo su decisión, se comporta como si nada hubiera sucedido, seguramente te sentirás perdido/a y sin saber muy bien cómo proceder. Por una parte, parece que sobre el papel, la relación ha terminado, ambos sois libres y podéis seguir adelante solos o conociendo a otras personas. Pero sin embargo, todo parece seguir igual, lo cual te retiene en un punto imposible desde el cual no puedes ni retroceder ni avanzar.
¿Por qué ocurre esto? Que una ex pareja siga contactándote, o queriendo sexo contigo, o abrazándote o hablándote constantemente, no significa que te ame ni que quiera volver.
por lo general, cuando alguien rompe una relación lo hace porque precisamente no quiere estar en esa relación (y tampoco le quedan demasiadas ganas de quedarse a arreglarlo). Lo cual no significa que no le siga gustando tener a alguien que le dé cariño, sexo, abrazos o simplemente le escuche las penas y le proporcione apoyo moral.
¿La situación ideal? Tener todas las prestaciones de tener una pareja…pero sin ninguno de sus compromisos.
Desgraciadamente para la persona que sí sigue enamorada y con deseos de retomar la relación, estos comportamientos sólo prolongan su agonía y le impiden recuperarse, perdiendo su tiempo y energías en dilucidar si tal cosa que les dijo su ex el otro día significa que a lo mejor pueden volver, o que si siguen acostándose con esa pareja y siendo muy cariñosos, se dará cuenta de lo que tiene y deseará retomar la relación.
Mantenerte en la incertidumbre, en la espera, en el depender de las decisiones del otro, no te reporta ningún beneficio y sí una buena cantidad de quebraderos de cabeza. No sabes cómo interpretar las actitudes de tu ex pareja y además estás confiando en que realmente dicha ex pareja sabe lo que hace. Las malas/buenas noticias es que de la única persona de cuyas motivaciones y deseos puedes estar seguro, eres tú mismo/a. Los demás no son infalibles: pueden ser débiles, dependientes, o tener miedo, o equivocarse. Empieza a asumirlo: es más que probable que tu ex no tenga ni la menor idea de porqué hace lo que hace.
Por ello, si te encuentras en esta situación y no sabes cómo actuar al respecto, hazte la siguiente pregunta
- ¿Que es lo que YO quiero?
Si tu respuesta es “volver con mi ex”, entonces no pierdas más tiempo. Pon las cosas sobre la mesa y habla con esa persona. Si sigue confuso/a, si no tiene las cosas claras, si no sabe si quiere retomar la relación, pero pretende seguir quedando y aprovechando tus servicios de ex pareja amorosa y dedicada -y no es eso lo que tú deseas-, pon límites.
¿Qué desea reintentarlo? Ok, negociemos. ¿Qué no lo sabe? Pues que cuando lo sepa, te avise, no antes ¿Qué no quiere nada? Quizás ha llegado el momento de decirnos adiós.