TEXTO: SUSANA CONDE
La comida es uno de los placeres de la vida, un placer que en los viajes nos permite conocer y degustar sabrosos y exquisitos platos y productos nuevos. A la hora de practicar un turismo gastronomico responsable y sostenible, por parte de viajeros/turistas, alojamientos y restaurantes, tenemos que hablar de diversos aspectos fundamentales del sustento y del consumo alimentario que contribuyen al desarrollo sostenible de los diferentes destinos. Hablemos de algunos de estos aspectos:
• A la hora de proceder a llenar nuestros estómagos, debiéramos hacer uso de esa guía de Consumo de productos locales siempre que sea posible y estemos en el lugar que estemos. Existen muchas razones para la puesta en práctica de este aspecto, que no es exclusivo de la comida, algunas de las razones pueden ser:
- Reducción del elemento transporte y de los que ello acarrea respecto al consumo de combustibles fósiles y las emisiones de CO2.
- Contribución a tener experiencias de viaje más auténticas, ya que en muchos destinos supone una parte muy importante de su cultura.
- Preservación de la múltiple biodiversidad de alimentos existentes en el mundo.
- Conversión de los alimentos y gastronomía local en atracción turística.
- Apoyo a la soberanía alimentaria y al desarrollo sostenible.
- Generación de ingresos para la población local.
• Una vez que podemos asumir la importancia del consumo de productos locales, tenemos además la posibilidad y la necesidad de degustar estos productos descubriendo su verdadero sabor y exentos de determinados pesticidas, fertilizantes, modificaciones genéticas,… perjudiciales para la salud ¿Cómo? Consumiendo productos ecológicos que además de ser buenos para nuestra salud, también lo son para el medio ambiente y en definitiva para todos. Por desgracia, actualmente resulta casi imposible tener una alimentación completa y variada basada en productos locales y ecológicos, un hándicap importante es el hecho de que el sistema alimentario global se basa fundamentalmente; en el trasporte, que usa combustibles fósiles, y en los subsidios agrícolas.
Este “interesado y orquestado” fenómeno, está consiguiendo incluso que África importe determinados productos, y esto conlleva a la destrucción del tejido agrícola y ganadero, al elevado precio de los alimentos ecológicos y a la especulación que se realiza con los alimentos básicos. Bien es cierto que en muchas ocasiones, al realizar diferentes viajes, con el objeto de ahorrarnos males digestivos nos vemos obligados a comprar productos importados. Cuáles podrían ser algunas recomendaciones que debiéramos tener en cuenta la hora de elegir nuestra comida:
- No vaya a comprar en vehículo que consuma combustibles fósiles.
- Priorice el pequeño comercio local, respecto a los hipermercados.
- Evite la compra de productos con embalajes innecesarios, sobre todo con bandejas de poliestireno.
- Lleve su propia bolsa a la hora de realizar la compra, evite generar más residuos.
- Evite el consumo de especies en peligro de extinción, como el atún rojo.
- Vaya a restaurantes del movimiento Slow Food en nuestro Slow Trip.
- Busque restaurantes con pescado de pesca sostenible como los que aparecen en la web www.fish2fork.com , sin uso de técnicas de sobreexplotación de recursos, con políticas ambientales, con medición de la Huella de Carbono,… etc.
- Visite rutas gastronómicas y contribuirá a su protección y revalorización, apoyando la recuperación de las gastronomías y de las materias primas producidas localmente.
- Visite productores locales para conocer y valorizar su labor tradicional. Si además son productores de Comercio Justo, se aproximará de forma cercana y humana a los productores a los que está beneficiando con su consumo justo desde su casa. También esto ayudará a poner en valor sus oficios tradicionales a que ellos mismos sientan orgullo de su buen hacer agrícola y ganadero.
- Evite, en la medida de lo posible, comprar “marcas blancas”, estas marcas presionan los márgenes de beneficio de los productores y a medida que aumenta su éxito aumenta la duda al respecto de su impacto en el tejido productivo, ya que otorgan un desmesurado poder a las grandes cadenas en lugar de crear un fortalecimiento de la unión consumidor-gran superficie.
- Al comprar un producto no local, es decir, que no se produce en la cercanía, como es el caso del café, el cacao o el chocolate, podemos optar por productos de comercio justo, que además suelen ser orgánicos.
Uno de los aspectos más importantes e influyentes en nuestra decisión de compra es el Marketing, una herramienta capaz de modificar nuestros hábitos de compra y decantar nuestra decisión de uno u otro lado. El marketing que se desarrolla en torno a la alimentación hace que los productos industriales sean más bonitos y atractivos (caso de la fruta) y al respecto tenemos que decir que, aunque probablemente los consumidores por si solos no puedan transformar la forma de consumo y producción actual, el consumo tiene la capacidad de actuar sobre la producción, de tal manera que una parte muy importante de los consumidores tienen la posibilidad de incluir elementos éticos en sus criterios de compra y provocar un cambio en aquello que se produce, obviamente, un cambio para mejor!!
Respecto a las diferentes organizaciones públicas y privadas y en relación al tema en cuestión, tenemos que decir a las empresas, que estas tienen que ejercer su RSE compartida y actuar en consecuencia. A la vez que no está de más recordar, de vez en cuando, a los organismos públicos que también tienen su responsabilidad. Ante todo disfruta de tu viaje y de la cultura gastronómica local de una manera responsable, eso enriquecerá tu experiencia y habrás disfrutado de otra parte auténtica de la cultura local!