Uma História de Amor e Fúria, Brasil 2012

No sólo de fútbol vive el hombre… aunque lo parezca por momentos. Por eso, Cine Invisible se viste de los colores cariocas y se traslada una semana entera para mostrar, cinematográficamente hablando, la diversidad y riqueza de este inmenso y creativo país.Aprovechamos también la ocasión para recordar una de las citas cinéfilas más interesantes de nuestra geografía, Novocine, la muestra de cine brasileño actual que se celebra, en Madrid y Salamanca, cada mes de noviembre gratuitamente. ¿Qué más se puede pedir? Una historia de amor y furia es una sublime e hipnótica película de animación para adultos, que no duda en lanzarse a contar los últimos 600 años de la historia de este país, de una manera comprometida y lucida, a través de una pareja que se reencarna en cada época histórica.Luiz Bolognesi, conocido por su labor de guionista, ha saltado de la televisión a su primer largometraje con maestría, intensidad y un excelente saber hacer. Mezclando, tanto el tono de telenovela, con tintes negros, con un toque futurista, el director revisita las variantes de cine de género para trazar la historia de un país que se repita sin cesar, entre la épica, represión y violencia.Un título profético, que dos años después, conserva su actualidad y refleja las inquietudes de una población que, al observar con sentido crítico el maquillaje del Mundial, muestra sus tensiones y no se deja engañar por una superficial o parcial limpieza de cutis. Este Mundial será el más caro de la historia. En 2007 la previsión de gastos ascendía a 3.000 millones de euros. Hoy casi se ha triplicado, sobrepasando los 8. Por ejemplo, el estadio de Mané-Garrincha ha doblado su presupuesto inicial, para acabar en 460 millones de euros. Para hacernos una idea, Japón y Corea invirtieron en construcción o renovación de estadios 3.500 millones de dólares, Alemania 2.200 millones y Sudáfrica 2.000 millones. En Brasil, los 12 estadios han costado por el momento 6.700 millones (Arena Corinthians todavía no está finalizado) más 63.000 millones en otras inversiones (públicas o privadas).  Millones de brasileños se preguntan lo mismo que nosotros, ¿qué quedará del Mundial y por qué se ha esperado tanto para abordar tantas reformas pendientes? La respuesta, como el título de la película, se expresa con mucho amor, sin duda, pero también con una necesaria dosis de furia.  Esta fascinante historia comienza con la época de la colonización, en unos tonos verdes y marrones, pasando por los años de la esclavitud y el Régimen Militar, para llegar a los fríos tonos azulados de la futurista ciudad de Río de 2096, en plena guerra del agua. A partir de hoy la guerra será otra, mucho más civilizada y deportiva. Buen Mundial a todos/as.