Un alevin canario escribe una carta

Increíble en un mundo civilizado -presuntamente- el hecho de que sea un niño el que pida soluciones a las conductas vergonzosas que cada fin de semana vemos en sus partidos, protagonizadas en su inmensa mayora por unos padres que tienen mucho que aprender y más de lo que avergonzarse. No me sorprende en absoluto ya que fui testigo de crisis de ansiedad, extras molestias estomacales e incluso niñas pidiendo no salir al campo en situaciones en las que la presión ambiental resultaba insoportable, hablo de chavales de menor edad que Pablo en algunas ocasiones. Alguien debe tomar medidas serias ya que el derecho al juego y a la diversión está siendo pisoteado a la vista de todos, quizás se deba autorizar al colegiado a que pare un partido si advierte agresiones verbales u otros "espectáculos" que no tiene por que soportar un niño jamás. Puede que a muchos haya que prohibirles la entrada y a otros mostrarle la puerta de salida, es muy sencillo reconocer a los impresentables de cada equipo, suelen ser siempre los mismos y los Clubes deberán mojarse o pagar las consecuencias de las actuaciones de sus "aficionados". Si, ya sabemos que no es fácil ya que en ocasiones los protagonistas de la grada son papas (mamas) del "crack" de turno, pagan la publicidad o aportan votos al partido que gobierna el Ayuntamiento que colabora generosamente. Tampoco debemos olvidar a esos formadores? que ya desde pre benjamines aparecen en las listas de sancionados. Mientras la mayora mira para otro lado, niños pierden la ilusión por el juego y va generándose en su interior la semilla de futuras o presentes enfermedades psicológicas. Por desgracia seguiremos hablando de este tema, ahora solo cabe felicitar al valiente que se atrevió a decir en voz alta lo que todos los niños piden...!!Dejarnos jugar en paz!!. La noticia de La Provincia de Las Palmas. 

"Ha tenido que ser un niño de once años el que alce la voz en contra de los actos de violencia que se dan cita todos los fines de semana en partidos de fútbol base. Pablo, nacido en el Puerto de la Cruz hace once años, ha dicho "basta". Le apasiona el fútbol como a cualquiera de su edad, pero ya no le entusiasma como antes acudir a jugar con su equipo, el CD Pen alevín Los acontecimientos que últimamente ha tenido que presenciar le han infundido un temor del que no le ha sido posible liberarse. La gota que colmó el vaso de su paciencia se produjo recientemente en un encuentro en el quefue incapaz de saltar al terreno de juego por culpa de los nervios que le ocasión el comportamiento de algunos de los allí presentes. Y ese detonante fue lo que le impulso a escribir una carta , que remití a Radio Club Tenerife
Pablo conto ayer a La Opinión de Tenerife que durante ese partido "la gente comenzó a insultar al árbitro" y que eso le hizo "sentir mal". Después de una conversación con sus padres, decidí, motu proprio, y tras reflexionar profundamente sobre lo sucedido, escribir un texto que recogiera su sentir y una reclamación: "Que no se vuelva a repetir lo que viví yo y que s que son cosas que pasan en otros sitios". El objetivo que persigue este alevín norteo con su escrito es"que se tomen medidas", que penalicen este tipo de conductas con el fin de que terminen por desaparecer del fútbol base. "Espero que se haga algo porque no se pueden permitir estas cosas", comenta. Además, pide que"se haga caso a los niños", que l considera principales protagonistas en este tipo de partidos."Lo que quiero es que nos dejen jugar y divertirnos", reclama con firmeza el niño....
Un niño sensible La madre de Pablo, Macu, explicó como surgió la idea de su hijo de escribir la carta que, a buen seguro, haber sacado los colores a ms de un padre de los que suele ir a los partidos de categorías menores."Fuimos a un encuentro que Pablo disputaba con su equipo. El niño no salió de titular y le veamos en el banquillo con un semblante nada habitual en l. Entonces decidí ir a preocuparme por l en el descanso y le pregunta al entrenador que, si le suceda algo.Me comentó que al niño le dolia la cabeza y el estomago y que no quera jugar.El partido concluí y tampoco participó en la segunda parte. Y cuando llegamos a casa ya me confesó que no quera jugar porque se había puesto nervioso como consecuencia del ambiente que estaba viendo en las gradas", relato. Macu asegura que "Pablo es un niño muy sensible" y es consciente de lo que pudo afectarle "todos esos gritos e insultos" que proferían los aficionados, en su mayora familiares de los jugadores. Pablo no llega a entender como unas personas adultas acuden a un recinto deportivo a increpar y pelear con otros en un partido de niños. La nica explicación que encuentra, apunta el joven portuense, es que esta gente "viene al campo a desahogarse de los problemas que tienen en su vida". Macu percibí en su hijo un miedo que no solo atribuye a este acontecimiento en concreto. A su juicio,la situación de angustia que ha sufrido Pablo viene motivada también por otros actos agresivos de los que ha sido testigo.As, su madre cuenta que "tiene un hermano que juega en categoría juvenil y en sus partidos ha visto acontecimientos deplorables en los que ha tenido que intervenir la policía en varias ocasiones". "Todo esto ha debido influir para que se haya sentido tan mal el otro da", añadí. Iniciativa propia Macu quiso dejar bien claro que la carta la escribí su hijo "por iniciativa propia". "Cuando hablamos sobre el asunto, después de llegar de ese partido en el que no quiso jugar, convenimos en que tenemos que hacer algo para ayudar a eliminar la violencia de los campos de fútbol y me dijo que había pensado en escribir una carta. Se sentó en su ordenador y la elabore. Cuando me la ley me sorprendí que un niño de su edad fuera capaz de contar esas cosas y me dije a m misma que tena que conseguir que se hiciera pública la carta", dijo. Seguramente, este escrito por s solo no conseguir erradicar por completo la violencia en el fútbol pero la suma de denuncias como esta debe contribuir en la lucha contra este tipo de comportamientos reprobables. Las instituciones caminan, aunque lentamente, en esta dirección. De hecho la Federación Tinerfeña de Fútbol y el Cabildo Insular han incorporado al convenio que han firmado en materia de subvenciones sanciones para los clubes que están involucrados en incidentes violentos. Pablo no ha acudido a los entrenamientos de su equipo esta semana, porque no se hallaba con la ilusión de siempre
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