Revista Coaching

Un año de consultoría artesana

Por Elgachupas

Weaver in his shop by Sudipta Arka DasWeaver in his shop by Sudipta Arka Das

El pasado mes de agosto se cumplió un año desde que me adherí al manifiesto de consultoría artesana de REDCA, y puedo decir que mi vida personal y profesional ha cambiado mucho desde entonces. Ahora, coincidiendo con la reflexión que suelo hacer cada fin de año, y siguiendo una tradición que iniciaron mis maestros, amigos y colegas José Miguel Bolívar y Antonio José Masiá, y antes que ellos el gran maestro artesano Julen Iturbe, quiero compartir con vosotros lo que ha supuesto para mi este primer año como consultor artesano.

Si tuviera que resumir el 2015 en una palabra me resultaría imposible. Este año ha sido de consolidación de un camino que inicié hace tiempo, cuando completé un programa de coaching que me marcó profundamente. También ha supuesto un reto enorme, pues dejé la «comodidad» de mi vida en México para volver a mi país natal después de casi una década fuera. Y por supuesto, ha sido un año de muchísimo aprendizaje a muy distintos niveles.

Aún recuerdo la mañana del día 1 de enero de 2015, en mi casa de Guadalajara, México. Mi mujer y yo empezábamos a organizar la mudanza que nos llevaría a pisar tierra en Madrid el día 30 de abril. Tengo que reconocer que el primer cuatrimestre fue bastante duro. Tener que «pasar el testigo» de mis proyectos como consultor SAP al mismo tiempo que facilitar los talleres que ya tenía comprometidos con mis clientes mexicanos, no fue sencillo. Y un cambio de país tampoco lo es. Pero llegó el día de tener que volar y, finalmente, todo salió a la perfección. Tanto fue así que, antes de poner pie en el avión, uno de mis clientes ya se había comprometido a continuar en su matriz España el proyecto formativo que habíamos iniciado en México. La cosa empezaba muy bien.

Del primer tercio de año me quedo con el apoyo de mis colegas mexicanos, que supieron entender perfectamente la decisión de volver a Europa. El apoyo de mis colegas de OPTIMA LAB en España, que supieron hacerme sentir parte de este proyecto tan innovador de consultoría artesana y trabajo en red. Y por encima de todo, el apoyo de mi mujer, mis amigos y mi familia, que a estas alturas ya tienen claro que, al menos para mi, los límites no vienen impuestos por geografías o convencionalismos sociales, sino por lo que yo mismo soy capaz de creer.

El segundo cuatrimestre, que incluyó el verano, sirvió para templar nervios. A pesar de tener algunos proyectos ya firmados en España, el comienzo fue lento. Si a eso le añadimos que el verano es una época «difícil» para los que nos dedicamos a la formación, es fácil suponer el vértigo permanente que sufrí durante los primeros meses. Lo mejor, sin duda, fue poder asistir en persona a mis primeras Jornadas de Innovación OPTIMA LAB en Elche —las terceras que se celebraban—, fantásticamente organizadas por mi amigo Silvestre Segarra, y comprobar de primera mano cómo «se las gastan» mis colegas artesanos cuando se trata de trabajar en red de manera efectiva. Una lección que sigo aprendiendo hoy, después de la IV y V Jornadas, e innumerables «hangouts» de trabajo a lo largo del año.

Contra todo pronóstico, y superado ya el ecuador del año, tuve oportunidad de iniciar un proyecto formativo que ha terminado por convertirse en todo un monstruo, y que promete colear hasta bien entrado el próximo año. Tras estos primeros talleres pude comprobar que, el cambio de país y de cultura, no me habían hecho perder «el toque», más bien todo lo contrario. Después de la primera tanda vinieron otros 23 talleres más, y cerca de una treintena que ya están programados para el primer trimestre del próximo año. Ello, sumado al resto de proyectos, conferencias y charlas, hace que este ejercicio que termina hoy haya sido espectacular en todos los sentidos.

El último tercio, sin duda, estuvo marcado por la formación intensa y la desvirtualización de gente a la que admiro, y con la que comparto en muchos casos una gran pasión: la mejora de la efectividad personal. Así, tuve ocasión de saludar en persona a Raquel Roca en la presentación de su libro Knowmads. Los trabajadores del siglo XXI —un asunto que me tiene obsesionado últimamente—, y a la que estoy eternamente agradecido por incluirme en su guía imprescindible de expertos 2.0 españoles. Por si esto fuera poco, en el evento también tuve la suerte de conocer a Francisco Alcaide, un crack del desarrollo humano a nivel mundial… ¡y además español!

En noviembre tuvo lugar el III Café y Productividad en Barcelona, una reunión de bloggers y aficionados a la productividad personal que poco a poco empieza a consolidarse como un evento de referencia en España. Al margen de diferencias de enfoque en cuanto a cómo afrontar la mejora de la efectividad de las personas, el evento tuvo el gran valor para mi de poder desvirtualizar a algunos de mis maestros en este apasionante mundo, como Jeroen Sangers, Daniel Aguayo, David Torné, Montse Vila y un largo etcétera. Espero volver a asistir a la cuarta edición en Madrid, la próxima primavera.

El único pesar de esta recta final de año fue no haber podido asistir al Evento Blog España (EBE) en Sevilla. Desde que llegué a España en abril tenía el EBE en mi lista de citas obligadas, donde quería haber pasado tiempo con más colegas de la productividad personal y, sobre todo, muchos de los lectores de mi blog. Sin embargo, la formación como PNL Practitioner con los maestros Giuseppe Meli y Jacopo Rivoltella se interpuso en el camino. Probablemente haya sido la última vez que estos cracks vengan a España y hagan este tipo de formación, así que había que aprovechar la ocasión. Espero poder asistir al EBE 2016 y, esta vez si, dar rienda suelta a tantos años de espera…

El broche de oro de este año ha sido poder terminar —casi— mi programa de formación como coach profesional con otro gran maestro, Alfonso Medina, todo un ejemplo de práctica ética del coaching para mejorar el rendimiento de las personas. Mi objetivo: obtener la certificación ACC por la International Coaching Federation (ICF), el organismo dedicado a la mejora de las prácticas de coaching profesional más prestigioso en el mundo.

Pero como decimos en OPTIMA LAB, y que ya casi se ha convertido en nuestro grito de guerra, a pesar de todo el trabajo realizado este año, aún queda todo por hacer. Sin ir más lejos, tras las IV Jornadas de Innovación de septiembre, y gracias al fantástico trabajo de José Miguel Bolívar, se concretó una oportunidad única que empezará a dar sus frutos a partir del próximo mes de marzo, y que me tendrá ocupado buena parte del próximo año. De momento, sólo deciros que tiene que ver con el mismísimo David Allen, el creador de la metodología GTD, al que voy a conocer en persona antes del fin de enero en Amsterdam, y de lo que estaréis puntualmente informados en este blog.

En fin, quedan apenas unas horas para terminar 2015. Lejos de sentirme «acomodado» con lo obtenido hasta ahora, no puedo evitar pensar que aún quedan muchas organizaciones y personas que necesitan desesperadamente una mejor manera de trabajar, si es que quieren sobrevivir profesionalmente en el siglo XXI. Ayudarles forma parte de mi misión, así que cerraré los ojos esta Nochevieja, respiraré profundamente para llenarme de energía y, cuando los abra en Año Nuevo, daré las gracias por poder tener un trabajo que no es trabajo, y por contar con el apoyo de tantas personas que me quieren y a las que quiero.

¡Feliz, próspero y muy efectivo año nuevo a todos!

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