Cada año te planteas ponerte en forma, comer mejor, quitarte unos kilos de más, dejar de fumar, hacer más ejercicio…. Reemplazar hábitos malos por buenos no es tan fácil, y muchas veces si te planteas objetivos muy ambiciosos, fracasas. Las posibilidades de tener éxito aumentan si eliges la meta correcta – metas más realistas, metas posibles de cumplir.
Primer paso: elige la meta posible

La meta “inteligente”
Una meta “inteligente” tiene 5 características:
Es específica: “Voy a comer una ración más de fruta al día”.
Es medible: “Voy a llevar un registro diario de mi progreso en el calendario”. Llevar un diario de alimentación y actividad física te ayuda a cumplir tus objetivos.
Es alcanzable: Asegúrate de que eres capaz de llevar a cabo el cambio que te propongas, si crees que es muy difícil, aspira a un objetivo más sencillo.
Es realista: Elige una meta que tengas cómodamente a tu alcance. Centra tu esfuerzo en pequeños cambios acordes a tu nivel de confianza.
Te compromete en un tiempo determinado. Elige un día específico para iniciar el cambio ” A partir del miércoles agregaré una fruta en el desayuno”. Otro ejemplo: “Los días lunes, miércoles y viernes voy a caminar 40 minutos, después de la cena” en lugar de proponerte “voy a hacer ejercicio” que es un objetivo inespecífico, sin un tiempo determinado.
Recuerda: Pequeños cambios, grandes recompensas.
