La obesidad es la epidemia del siglo XXI ,en los últimos veinte años se ha duplicado y la tendencia es que continúe aumentando. En nuestro país un 36% de la población sufre sobrepeso y un 17% obesidad. Si hablamos de niños, un 27% padece sobrepeso y un 12% son obesos.¿ Sabíais que un niño obeso es un futuro adulto obeso? Si os paráis un rato delante de un patio de un colegio a la hora del recreo, a cuántos veis con un bocadillo o con una pieza de fruta. La gran mayoría están tomando zumos, bollería o snacks varios.
Los cambios en los hábitos alimenticios y el sedentarismo son los causantes de sobrepeso. La proliferación de alimentos altamente procesados en los mercados ha cambiado nuestra dieta por otra menos saludable. Son alimentos elaborados con ingredientes industriales que muchas veces no contienen ningún alimento natural y que tienen una lista interminable de aditivos en su composición: conservantes, saborizantes, aglutinantes, disolventes, colorantes, aromatizantes, edulcorantes.... Estos productos son sometidos a una serie de complejos procesos industriales como hidrogenación, texturización, hidrólisis, extrusión.... con el fin de hacerlos más atractivos y con una apariencia "más natural". Son muy poco saludables y nutricionalmente desequilibrados. Algunos añaden vitaminas u otros micronutrientes a su composición y un etiquetado falso que puede inducir a error y a llevarnos a creer que es un producto sano. Son de muy fácil consumo ya que la mayoría de las veces no necesitan cocinado por lo que sustituyen a las comidas tradicionales muy fácilmente. Aparte de ser muy poco nutritivos contienen muchas calorías.
Los alimentos altamente procesados ocupan gran parte de las estanterías de los supermercados. Ejemplos de estos productos son los que se venden como instantáneos - sopas, pastas, deshidratados... - margarinas, patatas y snacks varios, cereales de desayuno, galletas, mermeladas, salsas varias -ketchup, mostazas, mayonesas...- helados, todo tipo de bollería industrial, comidas preparadas - pizzas, canelones, lasañas, croquetas, empanadillas...- cremas de verduras, caldos preparados "caseros" y bebidas como gaseosas, zumos y jugos de frutas, bebidas energéticas, refrescos...
Como resumen, sólo añadir que aunque es muy cómodo alimentarse con estos productos no caben dentro de una dieta sana y equilibrada, por ello lo recomendable sería que hubiese muy pocos ultraprocesados en nuestra cesta de la compra y más alimentos frescos. Aunque es verdad que pasaremos algo más de tiempo en la cocina, seguro que merece la pena.
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