Para hoy traigo otra boda que contar ¡Y me encanta! Aunque me pongo muy muy nerviosa disfruto tanto de esto... Ser testigo de la felicidad de tanta gente, la complicidad con los novios, emocionarme con ellos, aprender de los errores, aprender con la experiencia, vivir a tope cada segundo y respirar por fin cuando todo acaba. La vida está llena de estos momentos felices y me siento tan afortunada por poder vivirlos tras mi cámara... ¡y por supuesto poder contarlos después! No quiero que acabe nunca, de hecho quiero más y más.
Pero ya basta, que esta entrada en blog tiene unos protagonistas que tuvieron su día especial el pasado 11 de junio. A Samara y Bernardo los conocía sin saberlo ya que somos casi vecinos. Hace 7 meses nos reunimos por primera vez para reservar la fecha y un par de semanas antes de la boda volvimos a encontrarnos. Estaban tan ilusionados... Samy y Nano son una pareja muy particular, en realidad son una familia ya que suman tres (aunque a veces David haga por mil), y su boda iba a ser una mezcla entre tradición y su personalidad. La pasión por la música se convirtió en la luz que guiara su día y aquí donde los veis tan clásicos y formalitos se convirtieron en marido y mujer acompañados de la marcha nupcial rockera (o heavy, perdón por no controlar estos temas...) En la entrevista previa me contagiaron su ilusión, con cada detalle, con su historia de amor... Y es que no nos podemos olvidar de algo tan importante, que esto iba del amor... Del amor que lo puede todo, lo mueve todo y lo llena todo, por muy heavy que seas. Amor por la música, amor entre hermanas, amor entre amigos, amor por un hijo, amor por la vida, por el ahora, por un ramo de flores, amor por esa persona que ilumina tus días...Eligieron los salones El Oasis y el 11 de junio al atardecer para, por fin, convertirse en marido y mujer. Nano estaba muy nervioso, aunque dijera que no, era un flan, muy elegante, pero un flan. Es que, además, tenía una sorpresa: quería dedicarle una canción a su mujer, delante de todos... ¿Le saldría la voz?Pasadas las 8:30 de la tarde llegó Samy, pero venía sin flores... Tendríamos que esperar a que su madre volviera a casa para traer el ramo, cerca de una hora después. Así que esperamos, aunque el sol no... Afortunadamente aprovechamos para hacer unas cuantas fotos a la novia antes de entrar a la ceremonia, todavía serena... (¡y preciosa! ¡¿cómo dijo que no era fotogénica?!) Pero aunque llegó tranquila los nervios inevitablemente iban a más...
Y aunque el tiempo pasaba muy lento, por fin llegó el ramo de la novia, la madre de la novia, y la novia se agarró fuerte a su padre y le pidió que la llevara junto al que iba a ser su marido. Por ella esperaría toda la vida...
En la ceremonia hubo risas, lágrimas, música, besos, síquieros, dedos entrelazados, miradas cómplices, juegos de David, palabras llenas de significado y aplausos emocionados.
Felicidades, besos y abrazos sinceros, llegados también desde la otra punta de España. Fuera nervios, y a disfrutar... La noche llegó de repente y las fotos a los recién casados se complicaron, pero con paciencia, buena disposición, buen humor y sonrisas quedaron imágenes como estas.
Y ya quedaba lo mejor: la fiesta. Junto a su familia y sus amigos, Samy y Nano pasaron a celebrar su día, un día que se guarda en un rincón muy especial entre los recuerdos.
Esta semana recibirán todas sus fotografías para sumarlas a ese recuerdo. Espero que disfrutaran a lo grande de la celebración y de que al verlas sientan vivir de nuevo ese 11 de junio. Para nosotros ha sido un placer compartirlo con ellos y un honor que contaran con Sonríe Buttercup!
GRACIAS
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