Con el avance del mes de julio la mayor parte de nuestras aves van terminando su época reproductiva, muy pocas dejan algo para agosto. Una de ellas es la lavandera boyera Motacilla flava. Juveniles de esta especie migradora ya se observan por los prados del concejo, como éste que localicé ayer cerca del carrizal de Verdicio, ya hacía sus pinitos cazando insectos cerca del arroyo.
Tras terminar la cría, las lavanderas boyeras se concentran en lugares favorables porque comienza una época crítica para ellas, la muda postnupcial. Durante la misma, los adultos cambian una gran parte de su plumaje antes de emprender el viaje a África, donde pasarán la mitad del año. Los juveniles como éste apenas cambian unas pocas plumas.
Uno de los sitios en que se reúnen es este carrizal de Verdicio, ya que además de proporcionarles alimento y tranquilidad les sirve de refugio durante la noche. Las lavanderas boyeras, al igual que sus primas las blancas y otras aves tienden a concentrarse en dormideros comunales.