(Varsovia, Paco Soto, 07/07/2011)
Los obispos del país apoyan una iniciativa legislativa contra <<una herencia del nazismo y del comunismo>>.
Los obispos polacos, en un contexto en que Polonia ha iniciado la presidencia rotatoria de la Unión Europea, se han unido a favor de la prohibición total del aborto, que en el país del este contempla tres supuestos: malformación del feto, peligro para la vida de la madre y violación. La Conferencia Episcopal presiona al Sejm (Parlamento) para que apruebe una ley en esta línea mediante cartas enviadas a los líderes políticos, declaraciones públicas y movilización de los fieles en las iglesias y en la calle. El presidente del Consejo para la Familia de la Iglesia católica, monseñor Kazimierz Gorny, manifestó que «el destino de esta nación está en manos» de los católicos para que consigan que «cada niño concebido -sano o enfermo- cuente con el derecho a la vida, sin excepción». «Tenemos que detener esta oleada de matanzas en los hospitales», anunció Stanislaw Gadecki, arzobispo metropolitano de Poznan. En una carta abierta a los diputados, la Comisión Nacional de Obstetricia y Ginecología de la Asociación Católica de Médicos de Polonia indicó que «nos oponemos firmemente a matar a un niño que está por nacer». La reacción de los obispos es consecuencia de una iniciativa legislativa popular puesta en marcha por sectores católicos tradicionalistas que han presentado un proyecto de ley avalado por unas 600.000 firmas. La Cámara baja admitió a trámite este proyecto, que en una primera lectura contó con 254 votos a favor (de la derecha radical y un sector del centroderecha gobernante) y 151 en contra (de una parte de los liberales y la izquierda social demócrata). A partir de ahora el proyecto será debatido por una comisión parlamentaria extraordinaria, y si obtiene la mitad más uno de los votos será enviado al Senado. «Constituye una oportunidad para rechazar definitivamente la herencia del nazismo y del comunismo con que llegó el aborto a Polonia», declaró Jacek Sapa, portavoz del grupo antiabortista Fundación PRO. Sapa se mostró convencido de que el proyecto será aprobado porque el 90% de los diputados son católicos, y «los políticos opuestos a esta ley provida se arriesgan abiertamente a desafiar a la Iglesia y esto no les beneficia». Católicos en contra Según el periodista y comentarista político Mariusz Borkowski, «los obispos y los sectores integristas de la Iglesia se apropian de una representación de católicos que no tienen. Han recogido firmas en las iglesias, donde solo acude a misa los domingos el 40% de los creyentes. Muchos católicos polacos no están de acuerdo con las ideas de la jerarquía, cada vez más alejada de la realidad social y de la modernización que está viviendo Polonia». Después del hundimiento del comunismo en 1989, el país excomunista aprobó en 1993 una de las leyes en materia de aborto más restrictivas de Europa, porque así lo exigieron la Iglesia católica y los sectores más conservadores. En 2007, el Parlamento votó una ley para prohibir completamente la interrupción del embarazo que no fue adoptada por falta de mayoría suficiente. El Ministerio de Salud indica que la tasa de abortos ha caído drásticamente, desde los 82.000 de 1989 a los cerca de 500 en 2008. Pero según diversas informaciones periodísticas, los datos oficiales no reflejan la realidad, porque muchas mujeres viajan a Alemania y Chequia para abortar o se someten a esta práctica en clínicas de lujo de Varsovia y de otras ciudades. Los colectivos feministas temen que la prohibición total de la interrupción del embarazo afecte a las mujeres de las capas sociales más pobres, que «podrían verse sometidas a condiciones infernales para abortar clandestinamente, como ya ocurre en estos momentos, sin que nadie se inmute por ello», asegura la escritora Manuela Gretkowska. Según diversos sondeos, solo el 31% de los polacos está a favor de la despenalización del aborto.