El Ebola ha tomado gran protagonismo durante las últimas semanas y ha llenado las portadas de miles de periódicos en el mundo, encabezado telediarios, etc. Nosotros en el blog no hemos hecho hincapié en esta noticia, en parte por la sobre información existente, pero como ya sabéis es una enfermedad que en principio no tiene una cura establecida, excepto algunos fármacos experimentales como el suero Z-MAP aplicado en EEUU. ¿Cómo afrontar esta situación en un país como África con falta de tantísimos medios? La OMS ha dado una recomendación: tratar a los pacientes con Ebola mediante el suero purificado de los supervivientes.
La utilización del suero o sangre de gente que ha superado la infección responde al tratamiento que llamamos inmunidad pasiva. La inmunidad pasiva consiste, a diferencia de las vacunas, en introducir los anticuerpos generados por los supervivientes en el cuerpo de un paciente enfermo con el objetivo de activar el sistema inmune y acabar con la infección. Una vacuna funcionaría de otra manera, el virus atenuado sería inyectado con el objetivo de provocar una respuesta inmune frente este patógeno y poder así hacerle frente ante un encuentro con el patógeno virulento.
La transfusión de suero o de sangre de pacientes es hoy por hoy, según la OMS, el método más económico y factible para frenar la evolución de la infección y no se alejaría mucho del método usado por los estadounidenses, que al fin y al cabo es una mezcla de anticuerpos monoclonales obtenidos, eso sí, en condiciones controladas.
No obstante, y fruto de la reunión de expertos de la OMS el pasado 5 de septiembre, se ha dado prioridad a realizar tests con dos vacunas: por un lado una vacuna basada en un adenovirus de chimpancé (ChAd3) y otra basada en el virus de la estomatitis vesicular (rVSV). Ambas se encuentran en la primera fase de pruebas y se espera que poco a poco se vaya comprobando que no son peligrosas para su aplicación en humanos.
Sin embargo el principal problema en estas zonas es el mismo de siempre, la falta de medios y de equipos de aislamiento, así como la falta de conocimiento, hace que el virus se extienda rápidamente y sin control por el momento. Desde Biogenmol esperamos que se actúe de la forma más ética y rápida posible para frenar el brote de la enfermedad en este continente, ya de por sí castigado por las hambrunas, sequías y otras muchas enfermedades.
Fuente: Nature doi:10.1038/nature.2014.15854