Revista Ciclismo

Una Vuelta polémica

Por Elpedalnoticias.com

Finalizó la primera “semana” de una Vuelta a España llena de polémicas. El Pedal hace balance.

Vuelta a España 2015

Finalizó la primera “semana” de la gran ronda ciclista ibérica, en su edición 2015. Sin dudas, las notas positivas más significativas fueron las actuaciones de los jóvenes Tom Dumoulin (Giant-Alpecin) y Esteban Chaves (Orica-GreenEdge) que se debatieron, para sorpresa de muchos, el liderazgo en la general. El colombiano mantuvo el maillot rojo durante gran parte de estas primeras diez etapas de la Vuelta, pero finalmente prevaleció el holandés, que cerró como líder provisional tras prevalecer en las rampas más duras de la Cumbre del Sol. Para muestra, un botón, y Dumoulin no dudó en afirmar al cierre de la primera etapa: “no creo que vaya a ganar La Vuelta”.

Lo demás, polémica, polémica y polémica.

En primer lugar, una insípida y descafeinada contrarreloj inaugural por equipos donde no se contaron tiempos para la general y los equipos salieron a pasear más que a competir. Fue el resultado de que la organización de la Vuelta insistiera en mantener el trazado ante las quejas de varios equipos por su peligrosidad en la parte final -urbano, angosto y sinuoso-, a cambio de apagar los cronómetros. Una auténtica paradoja que demostró, una vez más, cómo los intereses turísticos de los municipios y empresas pesan más que los propiamente deportivos. Un mamarracho que no está -o no debería estar- a la altura de la Vuelta y que la hizo semejar a los critérium de exhibición.

Después, la expulsión de Vincenzo Nibali, líder del Astana. El italiano llegaba a la Vuelta como uno de los favoritos a la general, pero abandonó la competición apenas al segundo día. Una caída masiva en el último cuarto de la etapa, cuando el pelotón comenzaba a levantar el ritmo de cara a neutralizar la fuga, dejó relegado a Nibali quien tirando de sus gregarios y abusando del rebufo de los automóviles -incluso viajó unos metros tomado del de su equipo- se reincorporó a la cabeza de carrera de cara al desenlace. Había hecho algo muy similar en el Tour de France, donde fue penalizado de modo más suave. Aquí la organización decidió expulsarlo, ateniéndose correctamente al reglamento. A los pocos días Nibali pidió, con razón, perdón a quienes se sintieron vergüenza por su poco deportivo comportamiento.

Finalmente, el escándalo mayor, el atropello y abandono de Peter Sagan (TInkoff-Saxo). La estrella eslovaca, que se había impuesto en la tercera etapa con final en Málaga y era candidato para triunfar en Murcia, fue arrollado por una moto de la organización, que ni siquiera se detuvo a atenderlo. Sagan tiraba de un grupo perseguidor, a falta de 8 km, cuando el vehículo lo abatió por detrás. El eslovaco respondió con gritos y golpes a su bicicleta, que le merecieron una sanción de la organización de la Vuelta por “comportamiento que atenta contra el ciclismo”. Surrealista. El conductor de la moto fue expulsado de la competición, como no podía ser de otra manera. De todos modos, lo más desagradable ocurrió fuera de la ruta, donde periodistas españoles más interesados en el dinero y el gabinete, que en la bicicleta y el atleta -y que probablemente en su vida montaron sobre dos ruedas, ni menos aún padecieron un accidente en ella-, deslizaron justificaciones del accidente, responsabilidades sobre Sagan -por ejemplo, Sergi López Egea, quien antaño despotricó contra el Tour por el accidente similar que padeció el hispano-argentino Juan Antonio Flecha- e incluso, peor aún, ocultaron lo ocurrido -el papel de Televisón Española fue, sencillamente, vergonzoso-. El eslovaco es animal de pocas pulgas y al otro día decidió abandonar la competición, sensiblemente enojado. El dueño del equipo, el magnate Oleg Tinkov, manifestó que iniciaría acciones legales por lo ocurrido.

Así fueron los primeros diez días de la Vuelta, antes del día de descanso que cerró la primera “semana”. Más polémicas y escándalos que jornadas épicas de recuerdo, en un trazado que abusa de sinuosidad peligrosa -las caídas fueron la nota común, con el abandono de muchos líderes de equipos- y de finales con puertos breves pero durísimos -ideal para los corredores locales-. Esperamos lo que resta y más que nada que el rumbo de los hechos no continúe perjudicando una competición que supo ganarse el respeto a fuerza de sacrificio. Al día de hoy, es más lo negativo que lo positivo.


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