A veces me siento y no se sobre que escribir. Me pasa en ocasiones, cuando entiendo que tal vez no sea capaz de trasmitir adecuadamente lo que tengo en la cabeza, o cuando pienso que, en realidad, no le importa a demasiada gente, más allá de fans e incondicionales. De hecho dudo que a alguien le importen las historias de hipocresía, miedo, cinismo, falta de ética y desprecio al prójimo que nutren cada día al mundo de lo enofriki y a sus adláteres.
Menuda palabra, "adláteres", hasta salta el corrector..."adulteras" dice el condenado. En que estará pensando.
Los adláteres del colectivo industrial-enológico son bien conocidos. Denominaciones de Origen, gran distribución, administración pública, medios afines y pseudo-periodistas y, de un tiempo a esta parte, banca y promotores inmobiliarios. Ellos son los responsables directos de la bajada a los infiernos del vino Español, a precio de saldo en todo el mundo, el hazme reír del vino de calidad fuera de España, encumbrado aquí tal que las empresas patrias en tiempos de Franco. No había una noticia mala sobre algo que tuviera que ver con España en el extranjero. Nuestros artistas, los mejores. Nuestros deportistas, cracks irredentos en todas las disciplinas. Si no nos daban una medalla en la Olimpiada era porque nos tenían manía. Si no ganábamos ni Eurocopa ni Mundial, era culpa de la "pérfida Albión" y sus "adláteres".
Menuda palabra.
Hoy, si Pruno es considerado el mejor vino "Calidad-Precio" por Parker es porque nuestros "caldos" son la Biblia en verso. Si el "gurú americano" dice que Rua es un vinazo, a pesar de sus 2 euros por botella en el Gadis, todo el mundo obvia que, por matemática pura, ese año debió ser el mejor vino calidad-precio para el mismo Parker y tan contentos. Se le olvidó o le dio vergüenza, una de dos.
Somos lo mejor de lo mejor, en ausencia de todos los demás.
Si el mayor viñedo del mundo, en el segundo país en producción vende el vino más barato del planeta a granel y en botella (de media) y el único bodeguero conocido fuera de nuestras fronteras lo es por guapo y chachi, a lo mejor no es hora de emitir manifiestos. A lo mejor es hora de cagarse en la puta, quemar consejos reguladores o acampar delante de la Consejería de turno, el Ministerio o la delegación que corresponda. A lo mejor en vez de preguntarle a Peñín por nada, o esperar ansioso la visita del de la Guía "independiente" que debe puntuarnos, lo suyo es mandarlos a hacer puñetas.
Tengo ante mi un libro, de 20 páginas, pagado a tocateja por La Rioja Alta S.A. donde el "grupo" hace apología de sus proyectos, sus vinos y sus intereses, a todo color y en papel mache. Esto no ha costado mucho menos de tres pavos por ejemplar, hacedme caso. Y dudo que si, como me parece, se han emitido a distribuidores de la marca, tiendas y demás personal, se hayan hecho mucho menos de 1000 ejemplares (supongo que bastantes más). Así que, si incluimos edición y maquetación, la cosa puede haber subido sin despeinarse mucho a los 5000€. Por un pasquín.
Esto es contra lo que luchamos. Luchamos contra titulares como "Invertir en calidad", o "Una magnifica (y temprana) cosecha", o mi preferido "Bienvenidos a la Emoción del terruño". ¿Que sabrá de emoción el Aster...o el Lagar de Cervera?. ¿Que sabrá de emoción Torre de Oña?. La Rioja Alta pertenece al grupo bodeguero del mismo nombre que, además de la bodega de Haro, cuenta también en la misma Rioja con Bodegas Torre de Oña, en Páganos (Laguardia), una bodega que adquirió en el año 1995. Además, en Ribera del Duero tienen desde el año 1999 Viñedos y Bodegas Aster, con 95 hectáreas de viña y en Rías Baíxas cuentan con 77 hectáreas de la bodega Lagar de Fornelos donde hacen albariño. ¿Que saben de emoción, que les emociona?....¿La cuenta de resultados?...¿entrar en bolsa?.
Hay días que no se sobre que escribir para hablar de vino y termino enfadado por el inmovilismo, la indolencia y el buenismo congénito. Y no veo motivos para la risa.
No vendereis una puta mierda. Os devoran. Espabilad, o daos por muertos. Más claro... vino blanco con DO.
* Foto: de la citada revista