El disco que hoy comentamos es, con toda probabilidad, la primera grabación de Vangelis que llegó al conocimiento del gran público. Supuso, además, su primera colaboración con el documentalista Frederic Rossif. Aunque el LP apareció en 1973, los seis capítulos de que constaba la serie dedicada a la naturaleza comenzaron a emitirse en Francia en 1971 o 1972 según la fuente que consultemos así que estamos ante una de las primeras grabaciones del músico en solitario a pesar de ser publicada después de otros trabajos.
El trabajo fue grabado en París en la misma época en la que Vangelis estaba inmerso en la composición del “666” de Aphrodite's Child pero musicalmente ambos trabajos están en polos opuestos. En aquel entonces, el músico griego tenía más ideas que medios y tuvo que arreglarselas para recrear un sonido similar al que buscaba a base de manipulaciones de órganos eléctricos, utilización de todo tipo de percusiones y efectos etc. que le llevarían a experimentar con sonoridades tan particulares que durante mucho tiempo formaron parte de su particular universo, tan reconocible en muchos aspectos.
La música se grabó en unos pocos días con la peculiaridad de que, pese a ser una banda sonora, Vangelis no dispuso en ningún momento de las imágenes a las que debía acompañar la música así que sencillamente grabó una gran cantidad de piezas que luego el director seleccionaría y encajaría en la película a su criterio. De cara al disco, que sería el primero del reciente contrato de Vangelis con Polydor (la rama “pop” del gigante Deutsche Grammophon), el compositor realizó una selección de siete composiciones, quedando fuera de la misma mucha música de tanta calidad como la finalmente escogida y que a día de hoy no ha visto la luz salvo en grabaciones piratas de sonido muy pobre.
Curiosa portada alternativa del disco en algunos lugares.
“L'Apocalypse des Animaux – Générique” - La sintonía de la serie documental es un corto tema a base de percusiones tribales en el que se escucha también el peculiar sonido del “Hammond” alterado por el propio compositor y unos tenues coros que completan una excepcional pieza.
“La Petite Fille de la Mer” - No tarda en llegar el gran momento del disco. La escasez de medios de Vangelis (comparada con los recursos de que dispondría un tiempo después) no fue ningún obstáculo para que el talento del griego se abriese paso. Con una simple guitarra, un piano eléctrico y unas cuerdas procedentes del órgano citado anteriormente a modo de “mellotron”, el compositor crea una composición fantástica de una delicadeza extrema que aún hoy sigue siendo un clásico en su discografía. Su influencia, además, fue notable y otros músicos como Francis Lai en su célebre banda sonora de “Bilitis” lo dejan entrever con claridad.
“Le Singe Bleu” - Continúa el disco con un piano eléctrico al que se le aplica un efecto de reverberación que se convertiría en característico del sonido de Vangelis en estos años. Sobre él, escuchamos una melancólica trompeta (¿no lo es casi siempre?) que ejecuta una melodía que la que nos parece reconocer, muy ralentizada, eso sí, una versión preliminar del “One More Kiss Dear” de “Blade Runner”. Los teclados muestran a Vangelis como un interesante improvisador (en esa misma época grabó varias “jam sessions” de jazz-fusión en Londres que fueron publicadas sin su permiso años después) y su capacidad para crear música para la trompeta no es tampoco desdeñable.
“L'Ours Musicien” - Un fondo de teclados épico acompaña a la guitarra que, por momentos, suena al Morricone de las bandas sonoras del oeste. La melodía es otra creación soberbia de Vangelis que muestra un talento muy superior a los medios de que dispone en aquel momento. Hay mucho de influencia mediterránea en esta pieza que ha pasado desapercibida entre tantas joyas que el griego nos ha regalado pero que merece una revisión.
“La Mort du Loup” - El corte más breve del disco es un diálogo entre sintetizadores con la percusión de apoyo. La música bizantina que tanto ha marcado a Vangelis lo hace aquí de forma evidente.
“Création du Monde” - Aunque es evidente que “La Petite Fille de la Mer” es la composición que pasará a la historia de este trabajo, no hay que olvidar esta absoluta maravilla de un Vangelis casi sinfónico que nos ofrece aquí una muestra de su tremendo potencial. En estos escasos diez minutos está ya presente el Vangelis del comienzo de “Blade Runner”, el creador de paisajes sonoros de “Heaven and Hell” que hechizó a Carl Sagan para la realización de “Cosmos” y también uno de los primeros gérmenes del “ambient” como sub-género electrónico. Es una obra profunda y de un poder evocador inmenso. Imprescindible.
“La Mer Recommencée” - Cerrando el disco encontramos otro corte atmosférico, no tan inspirado como el anterior, mucho más estático en la parte de los teclados, pero con breves destellos de percusión que serían bastante habituales en los siguientes trabajos del músico.
Durante mucho tiempo, antes de que internet fuese algo más que una cosa extraña que se dejaba entrever en películas como “Juegos de Guerra”, “L'Apocalypse des Animaux” fue para muchos aficionados el primer disco de Vangelis. Su sonido era muy primitivo comparado con el de obras posteriores pero tenía algo de mágico que sólo con el tiempo hemos podido apreciar en su justa medida. Es el esfuerzo de un hombre tenaz, con un talento en ebullición y que es consciente de ello y de cómo conseguir exactamente lo que quiere, haciendo las concesiones justas cuando es necesario y siendo intransigente cuando su integridad artística lo exige. No dejéis pasar la oportunidad de escuchar este disco si aún no lo conocéis. Hay trabajos más espectaculares pero no superan a este en inspiración. Para adquirir el disco, os dejamos un par de enlaces.
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