El otro día conocí a un tipo que me pareció bastante interesante, por tanto de inmediato me dieron ganas de llamar su atención. Estuve toda la tarde tratando de descubrir qué hacer para cautivarlo hasta que al fin se me ocurrió algo. Voy a hacerle un queque, pensé. Entonces, me puse manos a la obra, pero como no sé hacer queques busqué una receta en internet. Estaba muy ansiosa, así que una vez reunidos los ingredientes, comencé a seguir el procedimiento para realizar mi maravillosa obra, sin embargo, no pude evitar quedarme atascada en una frase: “Vertir los ingredientes…”. Al leer esa frase no pude sino sucumbir ante el mortal asalto de una horrible duda: ¿Verter o vertir?… Vaya usted a saber.
Sentí que era mi deber aclarar esa dudad, puesto que no se puede hacer un rico queque con una receta que le falta el respeto a las normas de la lengua. Bueno, quizás esté exagerando, pero salir de la duda es lo primordial. Lo más rápido y confiable en estos casos de urgencia es ingresar a la RAE que nos dice lo siguiente. Verter debe ser utilizado cada vez que uno se refiera a derramar o vaciar líquidos o cosas cuya consistencia lo permita. Por otro lado, se debe usar vertir en ningún caso. Sí, en ningún caso porque según nuestra querida RAE la palabra vertir no existe.
Al final mi queque se vio truncado por un desalmado que decidió subir esa receta mal escrita, causando así que personas obsesivas como yo no logremos el objetivo cuando se nos la lengua. Lo malo: no hice el queque, no conquisté al tipo interesante. Lo bueno: resolví una duda esencial para mi lingüístico existir.