Revista Cine

Vengo del país de las pesadillas

Publicado el 22 marzo 2010 por Elchapa
Porque no todo siempre puede ser maravilloso y porque el cine siempre da lugar a las sorpresas, también tenemos la suerte de que el querido Marty Scorsese siga con el brazo y el pulso tan firme como siempre. Bueno o malo, la gente mira y opina, sobre el film y sobre la figura detrás del mismo. Lo que les aseguro es que “La isla siniestra” es una película que no deja a nadie indiferente. ¿Se la van a perder?
La crítica de “Shutter Island” (dedicada a Agus Castelli, que la vio conmigo en una escapada improvisada al Multiplex), a continuación.
“Shutter Island”
Considerando todas las películas que hemos visto esta última década sobre hombres con problemas mentales, alucinaciones y demás, “Shutter Island” de Martin Scorsese es la primera que no intenta ser demasiado ‘cool’ y moderna. De hecho, habita su tiempo tan bien que, si no fuera por algunos de los sueños recurrentes del protagonista, podríamos tranquilamente creer que está ocurriendo aquí y ahora. Pero el año es 1954, y todavía nos queda una pequeña contradicción. Scorsese, un director sabio y experimentado, no tiene la intención de hacer una pieza de época en la que deberíamos sentirnos ‘como si estuviéramos en 1954’. No. Como esta es la adaptación de una novela, y como él conoce el cine y los géneros como pocos, le entrega a los agentes federales Teddy (Leo DiCaprio) y Chuck (Mark Ruffalo) un par de sombreros con clase tipo film-noir cuando los conocemos por primera vez y también carga la película con un sentimiento musical que, sin ser demasiado invasivo, nos retrotrae a épocas clásicas. Sin embargo, la verdad es que está interesado en establecer las premisas para una maldita pesadilla; y esa es una idea que al final del día lo vuelve a él y a su película más modernos que cualquiera.
Nadie está pretendiendo en “Shutter Island”. Esta no es una película que se improvisó, que se filmó con una especie de ‘veamos como sale’. No es el territorio usual del director, pero eso no quiere decir que va a pisar un territorio nuevo con las manos temblorosas. No, el que hará eso será Teddy, en un paseo que acecha y aterroriza al espectador, confundiéndolo a la misma vez. Teddy y Chuck llegan a la isla para resolver la desaparición de una paciente demente, pero una vez que Teddy descubre una conspiración, no hay vuelta atrás. “Shutter Island” te agarra y no te suelta hasta el último minuto. Scorsese siempre ha sido bueno con eso.
Aún así el territorio permanece como nuevo e inexplorado para el espectador: es la película más lenta (sí, es la palabra) de Scorsese en años; hay pocos sets y locaciones específicas, hay poca acción y muy pocos personajes para conocer. Nos damos cuenta al salir de la sala que la cámara no abandona a Teddy por un instante y que el interés más alto del director está en llevar la cuenta de todo lo que ocurre en su conflictiva mente. Es casi claustrofóbico, pero al final del día funciona porque el interés que el film tiene por Teddy es genuino y en ningún momento hay una intención de engañar al espectador. Ningún truco de guión que nos vuele la cabeza para generar un final inolvidable, nada de acelerar las cosas para saltar a conclusiones fáciles; “Shutter Island” es la primera película de su tipo que termina circularmente y debido a un tema de personaje. Esto quiere decir que el film comienza los créditos finales y sabemos que no ha terminado pero lo creemos, por las cosas mencionadas arriba. Esto es más fácil de entender si han visto films como “The I Inside” (aquí mi crítica), “El efecto mariposa” (aquí mi crítica) y “La ventana secreta” (aquí mi crítica); las últimas dos películas que no son malas –una es genial- pero que llegaban a su conclusión de manera conveniente o abrupta, no gradualmente.
Cada aspecto de “Shutter Island” está manejado con el mayor de los cuidados para que el viaje de Teddy realmente parezca gradual. Hasta los sueños recurrentes en todas sus formas distintas, que sin duda molestan y cansan al espectador, aparecen como completamente necesarios. No hay truco aquí; sólo una gran filmación de un gran equipo. La fotografía de Robert Richardson, Thelma Schoonmaker en la sala de edición. Y la actuación de DiCaprio (otro trabajo gigante) ayuda mucho, considerando que sigue sosteniendo el título de “la mirada más intensa de Hollywood” y que podría ser, en este momento, la única estrella de Hollywood capaz de entregar un tour-de-force con completa conciencia de su rango; de dónde empieza y de dónde está el límite que no debería pasar. Me vuelvo loco con las habilidades de Clooney, pero sé que es él mismo y que no hay esfuerzo; amo la excentricidad de Depp pero admito que esta década en películas ha estado ido del mundo real como lo conocemos; admiro los excesos de Day Lewis, pero todavía no puedo conmoverme con una interpretación tan intencionalmente sobreactuada (podría seguir con los nombres, créanme).
Pero DiCaprio...siempre parece estar intentando con toda su fuerza y garra y su cara muchas veces se ve como el sufrimiento mismo. Y eso es lo que lo hace real. Por eso es que elegimos creer las cosas que experimenta aquí y en tantas otras películas podrían estar pasándole. Él no es tan inalcanzable; ni él mismo puede empezar a creer lo que está sucediendo. ¿Alguien como Jack Dawson con una oportunidad para subirse al Titanic? ¿En serio?
---8/10
PD: Casi me olvido. Victor Trujillo ha hecho un nuevo y emocionante agregado a su comunidad MuchoCine.net (donde pueden encontrar -pocas todavía, nunca tuve mucho tiempo para pasarlas- algunas de mis críticas): los blogs. Aquí abajo les dejo el link, y no se olviden de pasar a visitar porque, como todo lo de MuchoCine, es muy completo y tiene muchas posibilidades.
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Saludos Sospechosos!

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