Dado el hecho de que nadie sabe los porcentajes precisos de los nutrientes que cada una de nuestras mascotas en particular necesita, deberíamos entonces preguntarnos por qué nutricionistas, veterinarios, agencias regulatorias y fabricantes de alimentos para mascotas continúan insistiendo en los porcentajes…
Todo empezó con la revolución industrial y científica. Un enorme progreso tecnológico ha ocurrido usando los nuevos conceptos Newtonianos para comprender la materia. Parte de ese progreso ha recaído también sobre la producción y procesamiento de los alimentos. Enfrentándose con la tarea de alimentar una cada vez más creciente población, los alimentos deben de ser producidos en forma masiva, almacenados y transportados evitando de alguna forma su descomposición.
Los alimentos frescos a temperatura ambiente como los conocemos terminan echándose a perder. El clásico ejemplo es un plátano en el mostrador. Para evitar esto se creó maquinaria para cocinar y remover las partes de la comida que se degradan rápidamente (Como el salvado en los granos) o vapor a presión para limpiar la comida y dejarla totalmente inerte.
Los cuatro asesinos blancos: la harina blanca, el azúcar blanco, la sal blanca, el aceite (hidrogenado) blanco, han surgido de esta industria y tecnología. Durante años el humano y los animales se han alimentado de dietas con estos productos desarrollando enfermedades como el beriberi, la pelagra, bocio y escorbuto. Y como Pottenger lo descubrió en sus estudios nutricionales en los treintas: los dientes también se afectan de manera grave por la dieta.
Después de incalculables víctimas, finalmente se descubrió que la causa era la destrucción y remoción de nutrientes debido a los procesos ya mencionados. De ahí los científicos resolvieron exactamente qué porcentajes en la dieta de estos nutrientes –vitaminas y minerales- eran necesarios para prevenir estas enfermedades. Fueron muy aplaudidos por su saber-hacer científico, y de ahí la ciencia de la nutrición se convirtió en el mejor medio para evitar enfermedades nutricionales.
La lección es: “No destrocemos la naturaleza”, y no “La ciencia de la nutrición con sus porcentajes (que siempre cambian, casualmente) es nuestra salvación”
Pensamiento: “Todos los animales, excepto el hombre saben que el principal negocio de la vida es divertirse” Samuel Butler.
Palabra: Prebiótico. Sustancias de la comida que aumentan el crecimiento y la viabilidad de los organismos probióticos (organismos necesarios para una buena salud intestinal). Esparrago, pulpa de remolacha, raíz de achicoria y ciertas sustancias de otras plantas contienen una fibra prebiótica llamada inulina. Los prebióticos, en efecto, alimentan y benefician a los probióticos.
Dr. Wysong.
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Carlos Alberto Gutiérrez Médico Veterinario Col.5950 Experto en Nutrición Canina Comparte