Pensemos en el título de este artículo. Esos colmillos no están ahí para comer bolitas o pastitas enlatadas; esas garras no son para arañar la alfombra o trepar por nuestros pantalones; esos atletas no fueron creados para llevar una correa o estar en el sofá.
Sólo porque hemos tomado y sacado algunos animales de su naturaleza para etiquetarlos con una palabra que creamos “Doméstico” no significa que hayamos incidido realmente en su estructura genética, en su diseño. El concepto que tenemos de mascota es sólo un breve momento en comparación con los millones de años de historia salvaje.
La vida moderna de una mascota corre en dirección contraria a la vida salvaje canina o felina desde casi cualquier punto de vista. No es de asombrarse que una gran población de animales domésticos estén aquejados y viviendo enfermos hasta el final de sus días. A la naturaleza simplemente no se le puede engañar, tarde o temprano pasa factura.
En la medida que nos sea posible hagámoslo así, respetemos la naturaleza así como a nuestros animales de compañía, intentemos recrear una existencia tan natural como sea posible para nuestras mascotas. Este es el camino –y el único- para una salud óptima.
Pensamiento: “Los animales son unos amigos tan agradables, no hacen preguntas, no están criticando” George Elliot
Palabra: Epigenético. Relativo o que involucra cambios en la función de los genes lo cual no significa que haya cambios en la secuencia del ADN, tales como la capacidad de la comida para afectar al expresión genética durante generaciones. El hecho de que el medio ambiente y la comida puedan afectar epigenéticamente las camadas enfatiza la importancia del auto cuidado. En términos generales, quizá la mitad de todos los cánceres son debidos a la epigenética más que a las mutaciones.
Dr. Wysong.
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