Las migraciones son etapas difíciles en la vida de nuestra avifauna, aunque también necesarias. El porcentaje de aves que no logra completarlas con éxito es grande. Aunque normalmente no tenemos mucho testimonio de las que se quedan por el camino, en el caso de las aves marinas una referencia la constituye las que llegan orilladas a las playas.
Este principio del otoño ha estado marcado por la sucesión de dos o tres fuertes temporales en nuestras latitudes. Con fuertes vientos y un notable oleaje, muchas aves se han visto obligadas a ceñirse a la costa, destacando una gran cantidad de alcatraces Morus bassanus. Estos temporales suponen un aumento de las dificultades a la hora de viajar, por la imposibilidad de alimentarse o de posarse en el agua.
En una prospección por la playa de Xagó esta semana pude encontrar varios ejemplares orillados. Como se puede comprobar por las fotografías, las condiciones afectan a aves de cualquier edad, desde las nacidas este año a las que ya son plenamente adultas.
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