Revista Deportes
Lo que hizo este club es realmente impresionante. En 2006, cuando disputaba el certamen de Primera C, estuvo muy cerca de descender a la última categoría del fútbol argentino y menos de siete años después obtuvo el ascenso a la B Nacional (segunda división).
Con un presupuesto austero y una infraestructura humilde se coronó campeón de la B Metropolitana, un torneo en el que participaron once equipos con Pasado en Primera División (entre ellos se destacan Almagro, Atlanta, Chacarita, Los Andes, Platense y Temperley).
“Antes no teníamos ni pelotas para entrenar y ahora estamos en la B Nacional, es increíble”, confiesa Gonzalo Raverta, quien hizo Inferiores como arquero y hoy es un excelente mediocampista por derecha.
El defensor Federico Slezack también presenta una particularidad. Es futbolista y simpatizante al mismo tiempo. Antes de disputar cada partido, cuelga sus banderas. “Villa San Carlos es mi vida y yo me siento más hincha que jugador”, afirma convencido.
El top tres de las curiosidades se cierra con el entrenador: Ricardo Rezza. El director técnico obtuvo su cuarto ascenso. En el pasado ya había subido tres veces a Primera División (1993, 1997 y 1998).
La Villa, una institución que pasó la mayor parte de su historia en la Primera D (quinta división), jugará por primera vez en la segunda categoría del fútbol argentino. El merecido premio para un club que se siente familia.