Las uvas de viura del Viña Gravonia proceden del viñedo Viña Zaconia. Entre 444 y 472 metros sobre el nivel del mar. Sobre el Ebro, muy cerca de la bodega, en Haro, en suelos probres, de cascajo y pedregosos. Tierra de estructura suelta que permite que la planta (edad media de 45 años) penetre sus raíces con facilidad. La viura es tan de la Rioja como la tempranillo, la mazuelo, la graciano o la malvasía. Son uvas que se adaptan a las altitudes, al clima, al régimen de vientos, al suelo calizo y que ofrecen su mejor aspecto y rendimiento cuando todo coincide con una adecuada orientación del viñedo. Es el caso del Zaconia: mirando al sur, lo que permite una maduración muy buena y tardía. No es casualidad que de este viñedo, años ha, saliera el blanco con botrytis de la Casa.
2000 es añada calificada, genéricamente, de buena en La Rioja, pero en Viña Tondonia y en este viñedo en particular, la añada fue muy buena. Empezaron a vendimiar antes de lo habitual (finales de septiembre), pero el frío y las lluvias ralentizaron la maduración de la fruta. Tuvieron paciencia y terminaron la vendimia, con fruta bien sana, el 5 de noviembre. Este Viña Gravonia 2000, monovarietal de viura, ha envejecido 4 años en barrica usada (ni se sabe...bueno ellos sí lo saben, claro), con dos trasiegas cada año y clarificado con claras de huevos frescos. Se ha embotellado sin filtrar y salió al mercado hará unos tres años. Tiene un extracto seco brutal (aunque la bodega no lo identifica) y una acidez total de 5 gr/L. De alcohol: 12%. Se hicieron 30 mil botellas y la Casa pronostica 10 años buenos de conservación y más, si se guarda en perfectas condiciones.
Estamos en el "más", por supuesto. He tomado la botella a lo largo de esta semana, es decir en el 10 + 2 años y el vino está extraordinariamente joven, terso y con una acidez apabullante. Hay que darle una hora de oxígeno por lo menos, porque en los primeros aromas, la crianza y los terciarios dominan mucho. Pero ya en esos momentos iniciales, la boca impresiona. Anda la cosa entre la camomila y la mimosa en flor. Es penetrante como esa mimosa, acídulo al tiempo que muestra la madera: corteza seca de árbol en el camino. Alcornoque. Tiene un punto de maloláctica salvaje, entre la levadura de Paris y un queso poco curado de latxa. ¿Paradojas de la madera? Al día siguiente sigue penetrante pero ya recuerda más al acero sanluqueño. ¿Qué quieren que les diga? Entre los 10 y 15 años, casi prefiero una buena añada de Viña Gravonia que de Tondonia blanco...A partir de los 20 años, ya no. La diferencia es que el segundo aguanta abierto los días que quieras, mientras que el Gravonia empieza a debilitarse a partir del tercer día: eso sí, ¡sus 48 horas son gloriosas! Es cuestión de no dejarle llegar al cuarto día. En cualquier caso, se trata, siempre, de una experiencia muy gratificante y particular que suele andar sobre los 15€. Pruébenlo con unas alcachofas y verán cómo luce esa acidez.