Revista Cine

Viñetas imborrables: La Muerte de Gwen Stacy

Publicado el 17 julio 2012 por Juancarbar

Hace casi treinta años, en Junio de 1973, asistimos a uno de esos momentos que definen a un personaje y, por qué no decirlo, a sus lectores. Hablamos de la muerte de Gwen Stacy, ocurrida en The Amazing Spider-Man #121, guionizada por Gerry Conway y dibujada por Gil Kane. 

Noventa números antes, en The Amazing Spider-Man #31, aparecía ella, Gwen Stacy. Rubia, inocente, destinataria del modo de vida americano (podemos compararla con muchas de los personajes femeninos retratados en Mad Men), era la novia perfecta. Y Peter Parker, empollón y chico marginado (ahora hablaríamos de acoso seguramente al encontrarnos con un caso así), se enamoró de ella. Siempre he pensado que Mary Jane, y mas tarde Felicia Hardy, eran el espejo femenino de Spiderman, mientras que Gwen Stacy lo era de Peter Parker. Si la pelirroja y la Gata Negra tenían ese punto de atrevimiento y ruptura de normas que congeniaban con la frescura adolescente de Spiderman, Gwen se colocaba en ese punto de chica frágil que necesita protección. Y aunque Peter no era el prototipo de masculinidad, tenía ese feeling con Gwen. Pero no vamos a hablar de su relación, si no de su muerte, cruel y que supuso todo un shock para el fandom de la época.

Su muerte, a manos del propio Spiderman quien en su intento de salvarla le rompe el cuello, supuso el fin de la inocencia de Spiderman. Norman Osborn cruzó esa línea entre el villano y el sádico al trasladar su odio al joven Peter Parker hasta sus seres queridos. Al conocer la identidad secreta de Spiderman, El Duende Verde decidió que si bien no podía vencer a su oponente cara a cara, lo haría a través del dolor, de la amenaza a los que Peter Parker  amaba. Spiderman despertaba de un bonito sueño donde no existía el dolor mas allá del catártico y necesario de la muerte de su tío Ben para lograr ser el superhéroe que era. Ahora, pasaba a experimentar el horror y el dolor de la muerte no por la omisión o irresponsabilidad del uso de sus poderes, si no de las consecuencias de usarlo. Nunca la frase “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” tuvo tanto valor.

Viñetas imborrables: La Muerte de Gwen Stacy


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