Revista Cocina
Este verano pasado nos juntamos los Triscattos e hicimos una degustación en el parque Rosequillo, en Villaescusa. Una bonita tarde donde llevamos varios vinos para probar, entre ellos este Morlanda 2001. Pues bien, este vino estaba para olvidar, de echo no acabamos ni la copa que nos servimos. Pero el otro día me pusieron una copa, sin avisar, había que probarla si o si.... Sorpresón, estaba espectacular. Me reafirmo en que este mundo del vino es algo muy especial, trabajar con algo vivo es en momentos una gozada, y hoy me reafirmo, porque este Morlanda 2001 estaba de vicio.
Es elaborado en el Priorat por Viticultors del Priorat, perteneciente al grupo Freixenet. Con un coupage de 60% garnacha, 30% cariñena y 10% cabernet sauvignon, y una crianza mínima de 12 meses en barricas de roble americano y francés.
Con tonos ocres, nariz al principio muy cerrada, pero con el oxígeno va soltando esa vejez, se nota cuero, madera, pero bien integrada. En boca es suave, equilibrado. Un vino que no me puede quedar con solo una copa, fui a por más, porque me sorprendió muchísimo. Un vino que no es barato, superando los 25 € de costo al restaurante. Una de las razones que no entendí como podía estar tan muerto aquel Domingo, pero que hoy a renacido, resultando un vino a la altura de lo que de él se puede esperar.
Morlanda 2001, seguro ya no encontrareis por ahí, pero con mucho cuidado, de apertura corcho, movimiento de botella, os puede hacer saltar la sorpresa.