Ya hemos regresado del fantástico fin de semana que hemos pasado por tierras de Extremadura, y en concreto por la provincia de Badajoz, y en el transcurso del cual hemos visitado las instalaciones de Resti Esencia Ibérica donde nos tenían reservadas un montón de actividades y sorpresas.
Salimos pronto de la casita en la que estábamos alojados en la localidad de Santa Marta de los Barros que para los que no lo conozcáis os recomiendo visitar porque es un pueblo muy entrañable y con bastantes cosas que visitar. Unos veinte minutos después llegábamos a las afueras de Mérida, que es donde se encuentran las oficinas y parte de las instalaciones de Resti Esencia Ibérica, y donde nos estaban esperando Lola y Juan Carlos que hicieron de cicerones durante toda la visita.
Después de las pertinentes presentaciones nos dirigimos a una de las fincas en las que se crían los cerdos ibéricos con los que se elaboran sus ricos jamones y embutidos. Gracias a las excelentes explicaciones que nos brindó Juan Carlos descubrimos las excelencias de la Dehesa, sus características y su sostenibilidad que la convierten en un espacio de biodiversidad único de nuestro país (si me leéis desde el extranjero estoy hablando de España).
Entre las encinas y los alcornoques aprovechamos para hacer unas tomas de un reportaje que ya os dejaré un poco más adelante y comprobamos de primera mano el entorno donde se crían los cerdos, su alimentación, su cría y las exigentes condiciones higiénico-sanitarias y de calidad a las que les someten desde el consejo regulador, entre otras muchas cosas más. Lo mejor de todo es que una arroba son 11,5 kilos, esto ya no se me olvida
Después de empaparnos bien de datos, fotos y tomas en vídeo en la Dehesa acompañados por el peculiar olor de los cerdos, que aunque sean ibéricos hay que ver el olor que se gastan los amigos, nos trasladamos de nuevo a las instalaciones principales donde estuvimos viendo todo el proceso de elaboración del jamón y los embutidos. Ni os imagináis lo que es entrar a una sala de secado donde hay más de mil jamones colgando, el olor impresionante que dan ganas de lanzarse a por uno para hincarle el diente.
Después de la visita guiada por la fábrica ya iba tocando probar un poco de jamón y asistimos a una clase magistral de corte de jamón, en concreto del que podéis ver en las fotos, y nos comimos un par de raciones acompañadas de un estupendo vino tinto de la zona que ahora mismo no recuerdo el nombre pero a ver si lo consigo y lo comparto con todos vosotros.
Como colofón de la jornada nos fuimos a comer una degustación de carnes y tapas ibéricas de una calidad excepcional.
Además antes de volvernos para Santa Marta de los Barros nos obsequiaron con una bolsa llena de nueces de los nogales que tienen allí que están de escándalo.
Y eso es todo de esta intensa y muy divertida jornada junto con Lola y Juan Carlos a los cuales quiero enviar un especial agradecimiento junto con todo el personal de Resti Esencia Ibérica.
Hasta otra