Lo emocional recubre como una tormentosa pátina todo aquello que en un momento dado se transforma en una riada de sensaciones que nos llevan hasta lo irracional. Como irracional es el sentimiento universal del amor y que el grupo murciano, Viva Suecia, ya nos lo recuerda en su último álbum publicado en 2022 con el título: El amor de la clase que sea. Esa opulencia de un sentimiento tan universal como es el del amor, ellos lo han volcado en una fuerza sonora devastadora por el ímpetu y la garra con la que la presentan en directo. Un directo que en el último de los concierto de La Riviera comenzaron a guitarrazo limpio desde la primera nota que se hizo sonido sobre el escenario. Acompañados por una elegante y cuidada infografía y un juego de luces, que los arropaban aún más en esa idea de la prontitud y la energía de alto voltaje, comenzaron tocando a arrebato No hemos aprendido nada, uno de sus grandes hits, y a partir de ahí todo fue como una locura colectiva de coros (lo, lo, lo… lolololó), saltos y puños arriba que por momentos convirtieron el directo de los murcianos en un karaoke colectivo propiciado por su cantante Rafa Val, pletórico en su puesta en escena y en sus largas y amenas presentaciones de las canciones, lo que demuestra que ya tiene muy bien aprendida la lección de lo que es la tecla de la magia del directo. Y así empalmaron varios temas subidos en ese barco que navegaba entre lo emocional y lo irracional mientras sonaban Los años o Casi todo. Apenas un respiro para dar las gracias por el tercer sold out consecutivo en Madrid para dar entrada a El mal con todas la guitarras arriba para llegar A dónde iren un ritmo muy próximo al sonido Springsteen de canciones intensas y embadurnadas de unas melodías que canción tras canción se nos iban haciendo más monótonas (si no fuera por las buenas letras que las acompañan) por la escasa variedad de melodías alternativas a lo ya conocido, algo que a Viva Suecia no les sucedía en sus primeros discos, donde los destellos de las cuerdas de sus guitarras eran más originales o propios. Baste recordar su puesta de largo en la sala Ocho y Medio de Madrid de la mano de su anterior casa de disco (Subterfuge), donde Rafa tuvo un problema con su guitarra eléctrica cuando hicieron de teloneros de McEnroe, para comprobar que esa fuerza desmesurada que ahora tienen, y que sin duda les llevará a triunfar por todo lo alto en los festivales del año 2023, no es tan necesaria como la fuerza interior que también saben ejecutar cuando no se lo juegan todo al alto voltaje rítmico.
Más allá de las pericias sonoras, el directo de Viva Suecia está muy bien anclado en la visualización que descargan al unísono con sus canciones; una infografía que está a la atura de la que despliegan en sus multitudinarios conciertos Vetusta Morla, porque aúnan concepto e imágenes con un acierto más que increíble, lo que nos habla del poder que las imágenes tienen en la sociedad actual, y que resumen muy bien el alcance multitudinario de esta banda a la que la sala La Riviera se le queda pequeña, lo que nos demuestra que a buen seguro su próxima cita en la capital tendrá como escenario el Wizink Center, algo muy parecido a lo que ya le sucedió a Izalaños atrás, pues esa fue la sensación casi mimética que reproduje en este último concierto de Viva Suecia en Madrid. Un concierto que, eso sí, hizo muy felices a un público entregado y conocedor de todas y cada una de las letras de las canciones de los murcianos; canciones inspiradas en esa insignia tan universal que es el amor de la clase que sea, y que han sabido llevar a luz a través de los temas de su último álbum. Y cómo no, resaltar ese momento mágico en el Rafa Val atacó al piano solo sobre el escenario la versión del hit de Second, Rincón Exquisito, muy coreada por los asistentes, y con el que el grupo refrendó el homenaje y el amor a los que ya no están con nosotros tras la pandemia. Una versión que Rafa terminó con un: «¡Vivan Los Second, por favor!» De las colaboraciones especiales hay que destacar a la de Víctor Cabezuelo en el último tema, El amor de la clase que sea, que tocaron en un tono psicodélico largo e increíble, antes de abandonar el escenario y regresar instantes después en un majestuoso e intenso bis que iniciaron con El bieny que acabó a ritmo de discoteca y bailes en la pista y el escenario. Un punto y final muy acorde entre lo emocional y lo irracional que Viva Suecia nos mostraron en su último concierto del año 2022.
Ángel Silvelo Gabriel.