Revista Cine
¿Mala adaptación o simplemente peor película?
Con el estreno de lo nuevo de Zack Snyder, Sucker Punch, desde La Palomita hemos creído que era un buen momento para echar la vista atrás en la filmografía de este director y repasar su obra más discutida. Hablamos de la adaptación del genial cómic Watchmen, la cual trajo detrás de sí una oleada de críticas enfrentadas que dividió tanto a los espectadores como a los seguidores de la novela gráfica. Watchmen fue una de las películas más esperadas del año, gracias sobretodo a un trailer soberbio (aún se me ponen los pelos de punta con el tema de Smashing Pumpkins), y a esa expectación resultante de la responsabilidad de llevar a la gran pantalla el que es considerado por muchos como el mejor cómic de la historia. Quizás un peso demasiado grande para el director de la solo aceptable -aunque referencial- 300.
Descubre nuestra opinión sobre Watchmen tras el salto.
Antes de todo quisiera aclarar que nunca he sido seguidor de los cómics, y por lo tanto no voy a analizar Watchmen como adaptación, sino como película en sí. La cuestión a cerca de la buena o mala adaptación del cómic la dejo a alguno de nuestros lectores que se a ciencia cierta que tienen una opinión al respecto y creo que nada buena.
Entremos pues en faena. No cabe duda de la complejidad de Wachtmen para adaptarla al cine y tal vez, el hecho de intentar abarcar tanto halla pasado factura a la obra de Zack Snyder. Todo comienza con la espectacular muerte del Comediante, personaje clave en la película y en el cual se sustenta parte de la calidad del guión a través de un personaje tan tridimensional. Después tenemos unos títulos de crédito geniales acompañados al igual que el resto de la película de una banda sonora excelente.
A partir de este momento, como todo guión sigue el clásico patrón de nudo, desarrollo y desenlace. Para este humilde redactor, la primera hora y cuarto de Watchmen ralla la perfección. Es en el principio donde más podemos apreciar la complejidad de los personajes y la evolución de ellos gracias a los siempre recurrentes flash-backs acerca de cómo ha ido corriendo la suerte para los vigilantes en la tierra prometida que en su día fue los Estados Unidos. Un sueño americano que irónicamente se cumplió, acabando con los comunista y trayendo la “prosperidad” al país de las barras y estrellas.
¿Quién era realmente El Comediante? Ciertamente nadie le conocía de verdad. Todos tenían piezas del puzzle que a medida que trascurrían los minutos del largometraje íbamos encajando. Edward Blake conocía el verdadero rostro violento de la sociedad, y es que a pesar de aparentar ser un hombre apático y egoísta, finalmente comprendemos que siempre se ha mantenido preocupado por el bien mayor. Toda su violencia siempre quedaba justificada cuando servía a su país. Blake era el único capaz de mirar con perspectiva, de ver el mundo como un enorme escenario donde unos pocos tiraban de los hilos del resto, por ello Blake decidió convertirse en una parodia, en una broma sin gracia.
El resto de momentos intensos del film son sin duda los protagonizados por el Dr.Manhattan, subrayando sobretodo el momento de su accidente. Un personaje bien definido, cuyo accidente crea un hombre casi omnisciente, más cercano a un Dios que al hombre. Posiblemente, el Dr. Manhattan representa todo sobre lo que Nietzsche escribió. Un hombre por encima de las creencias paganas, que le hace perder cualquier contacto con la humanidad en busca de algo incapaz de comprender. Justamente es Espectro de Seda, la que le hace comprender de nuevo que algunas cosas se escapan de la lógica, tras ésta descubrir que El Comediante, un hombre cruel, era su padre.
Llegando al desarrollo de la historia es cuando Watchmen hace aguas catastróficamente. Rorschach, personaje ideológicamente simple cuya determinación por erradicar el mal independientemente del coste es su base moral, prosigue con su investigación para averiguar quién está detrás de la muerte del Comediante y sobretodo el por qué. Todo el plan maestro orquestado por el hombre más inteligente del mundo, Ozimandias, queda desvelado tras una investigación tan breve como poco intensa, lo cuál hace pensar hacia donde se fueron los minutos necesarios para crear el suspense, ya que no nos olvidemos que todo empieza como el clásico thriller, ¿Quién mató a Edward Blake?
El metraje sobrante sin duda lo encontramos en las patéticas (¡Ojo! que no aburridas) escenas de la prisión carcelaria donde Rorschach se encuentra detenido. Eso junto con los dos personajes menos carismáticos del todo el largo, Espectro de Seda II y Buho Nocturno II. A pesar de la relevancia de Espectro de Seda en la evolución del Dr. Manhattan, su personaje no deja de ser irrelevante durante todo el film al igual que el de Dan Dreiberg, protagonistas de una historia de amor a la que nadie importó. Y no se me olvidan la vergonzosa escena de sexo y el innecesario rescate del edificio en llamas.
Una vez las cartas están sobre la mesa, solo queda el tercer y último acto, donde la película sube algún punto pero no recobra el vuelo. Sin duda, uno de los personajes peor tratados puede ser Ozimandias, que salvo el final, a penas tiene suficientes minuto como para definir mejor su personaje. Su desmedida fe en si mismo era seña de un megalómano, cuyas acciones creían estar justificadas por encima de cualquier razón. El mundo unido era la idea que ocupaba su mente al igual que su idolatrado Alejandro Magno, lo cuál le lleva a su decisión de llevar a cabo el asesinato de millones de personas para salvar al resto de la especie como solución final ante la inminente guerra nuclear.
El final fue sin duda una adaptación más verosímil que la opción del cómic a mi juicio. La dualidad sobre las acciones de Ozimandias establece un dilema moral difícil de tratar. Por un lado tenemos al Dr. Manhattan que pese a no condenarlo ni aprobarlo entiende las acciones de Adrian Veidt, mientras que Rorschach no ve más que otro cadáver sobre los cimientos.
El gran error de Watchmen fue querer abarcar demasiado. Su larga duración no sirve para crear un desarrollo convincente de la historia, sobretodo por intentar dar voz a demasiados personajes, quedando unos genialmente representados y otros totalmente desdibujados. ¿Es Watchmen una mala película? Absolutamente no, Zack Snyder nos da en ocasiones grandes pinceladas, sin embargo la película se pierde no llegando si quiera al notable bajo. ¿Es Watchmen una mala adaptación ? Ahí amigo lector aficionado al cómic, tienes tú la última palabra…
Con el estreno de lo nuevo de Zack Snyder, Sucker Punch, desde La Palomita hemos creído que era un buen momento para echar la vista atrás en la filmografía de este director y repasar su obra más discutida. Hablamos de la adaptación del genial cómic Watchmen, la cual trajo detrás de sí una oleada de críticas enfrentadas que dividió tanto a los espectadores como a los seguidores de la novela gráfica. Watchmen fue una de las películas más esperadas del año, gracias sobretodo a un trailer soberbio (aún se me ponen los pelos de punta con el tema de Smashing Pumpkins), y a esa expectación resultante de la responsabilidad de llevar a la gran pantalla el que es considerado por muchos como el mejor cómic de la historia. Quizás un peso demasiado grande para el director de la solo aceptable -aunque referencial- 300.
Descubre nuestra opinión sobre Watchmen tras el salto.
Antes de todo quisiera aclarar que nunca he sido seguidor de los cómics, y por lo tanto no voy a analizar Watchmen como adaptación, sino como película en sí. La cuestión a cerca de la buena o mala adaptación del cómic la dejo a alguno de nuestros lectores que se a ciencia cierta que tienen una opinión al respecto y creo que nada buena.
Entremos pues en faena. No cabe duda de la complejidad de Wachtmen para adaptarla al cine y tal vez, el hecho de intentar abarcar tanto halla pasado factura a la obra de Zack Snyder. Todo comienza con la espectacular muerte del Comediante, personaje clave en la película y en el cual se sustenta parte de la calidad del guión a través de un personaje tan tridimensional. Después tenemos unos títulos de crédito geniales acompañados al igual que el resto de la película de una banda sonora excelente.
A partir de este momento, como todo guión sigue el clásico patrón de nudo, desarrollo y desenlace. Para este humilde redactor, la primera hora y cuarto de Watchmen ralla la perfección. Es en el principio donde más podemos apreciar la complejidad de los personajes y la evolución de ellos gracias a los siempre recurrentes flash-backs acerca de cómo ha ido corriendo la suerte para los vigilantes en la tierra prometida que en su día fue los Estados Unidos. Un sueño americano que irónicamente se cumplió, acabando con los comunista y trayendo la “prosperidad” al país de las barras y estrellas.
¿Quién era realmente El Comediante? Ciertamente nadie le conocía de verdad. Todos tenían piezas del puzzle que a medida que trascurrían los minutos del largometraje íbamos encajando. Edward Blake conocía el verdadero rostro violento de la sociedad, y es que a pesar de aparentar ser un hombre apático y egoísta, finalmente comprendemos que siempre se ha mantenido preocupado por el bien mayor. Toda su violencia siempre quedaba justificada cuando servía a su país. Blake era el único capaz de mirar con perspectiva, de ver el mundo como un enorme escenario donde unos pocos tiraban de los hilos del resto, por ello Blake decidió convertirse en una parodia, en una broma sin gracia.
El resto de momentos intensos del film son sin duda los protagonizados por el Dr.Manhattan, subrayando sobretodo el momento de su accidente. Un personaje bien definido, cuyo accidente crea un hombre casi omnisciente, más cercano a un Dios que al hombre. Posiblemente, el Dr. Manhattan representa todo sobre lo que Nietzsche escribió. Un hombre por encima de las creencias paganas, que le hace perder cualquier contacto con la humanidad en busca de algo incapaz de comprender. Justamente es Espectro de Seda, la que le hace comprender de nuevo que algunas cosas se escapan de la lógica, tras ésta descubrir que El Comediante, un hombre cruel, era su padre.
Llegando al desarrollo de la historia es cuando Watchmen hace aguas catastróficamente. Rorschach, personaje ideológicamente simple cuya determinación por erradicar el mal independientemente del coste es su base moral, prosigue con su investigación para averiguar quién está detrás de la muerte del Comediante y sobretodo el por qué. Todo el plan maestro orquestado por el hombre más inteligente del mundo, Ozimandias, queda desvelado tras una investigación tan breve como poco intensa, lo cuál hace pensar hacia donde se fueron los minutos necesarios para crear el suspense, ya que no nos olvidemos que todo empieza como el clásico thriller, ¿Quién mató a Edward Blake?
El metraje sobrante sin duda lo encontramos en las patéticas (¡Ojo! que no aburridas) escenas de la prisión carcelaria donde Rorschach se encuentra detenido. Eso junto con los dos personajes menos carismáticos del todo el largo, Espectro de Seda II y Buho Nocturno II. A pesar de la relevancia de Espectro de Seda en la evolución del Dr. Manhattan, su personaje no deja de ser irrelevante durante todo el film al igual que el de Dan Dreiberg, protagonistas de una historia de amor a la que nadie importó. Y no se me olvidan la vergonzosa escena de sexo y el innecesario rescate del edificio en llamas.
Una vez las cartas están sobre la mesa, solo queda el tercer y último acto, donde la película sube algún punto pero no recobra el vuelo. Sin duda, uno de los personajes peor tratados puede ser Ozimandias, que salvo el final, a penas tiene suficientes minuto como para definir mejor su personaje. Su desmedida fe en si mismo era seña de un megalómano, cuyas acciones creían estar justificadas por encima de cualquier razón. El mundo unido era la idea que ocupaba su mente al igual que su idolatrado Alejandro Magno, lo cuál le lleva a su decisión de llevar a cabo el asesinato de millones de personas para salvar al resto de la especie como solución final ante la inminente guerra nuclear.
El final fue sin duda una adaptación más verosímil que la opción del cómic a mi juicio. La dualidad sobre las acciones de Ozimandias establece un dilema moral difícil de tratar. Por un lado tenemos al Dr. Manhattan que pese a no condenarlo ni aprobarlo entiende las acciones de Adrian Veidt, mientras que Rorschach no ve más que otro cadáver sobre los cimientos.
El gran error de Watchmen fue querer abarcar demasiado. Su larga duración no sirve para crear un desarrollo convincente de la historia, sobretodo por intentar dar voz a demasiados personajes, quedando unos genialmente representados y otros totalmente desdibujados. ¿Es Watchmen una mala película? Absolutamente no, Zack Snyder nos da en ocasiones grandes pinceladas, sin embargo la película se pierde no llegando si quiera al notable bajo. ¿Es Watchmen una mala adaptación ? Ahí amigo lector aficionado al cómic, tienes tú la última palabra…