Le pasa al Barça y le pasa a la selección, la Xavidependencia se ha instalado en el fútbol español. El jugador catalán no tiene sustituto, al menos, a día de hoy. Su forma de entender este deporte, su visión de juego, su colocación, su anticipación, la capacidad de encontrar siempre al compañero en mejor disposición, su entendimiento con la línea de ataque, el pase en largo y en corto, su visualización prácticamente cenital, sus recursos técnicos... son tantas las cualidades que aglutina este futbolista, que se hace incluso complicado nombrarlas todas. Xavi es esencial en el Barça y como no podía ser de otra forma, lo es en la selección. ¿Porqué? Sencillo, ambos equipos, coinciden en su forma de entender el juego. Posesión, juego de combinación, paredes, tiki-taka, pase al hueco... Xavi se mueve en este ambiente como pez en el agua. Ayer ante Corea vimos una España en la primera parte y otra totalmente distinta en la segunda, cuando Xavi entró en el terreno de juego. No es que la Roja practicará un fútbol primoroso con la entrada del culé, sin embargo, al menos, se veia una selección con identidad, caracter y los conceptos de juego claros y diáfanos.
Cesc e Iniesta pueden ser buenos elementos sustitutivos puntualmente, sin embargo, su tendencia natural a sumarse a la segunda línea de ataque y su impaciencia ofensiva, les traiciona y contagian al equipo de una inestabilidad poco aconsejable. En este sentido veo mucho más factible que su puesto sea reemplazado por Xabi Alonso cuando sea necesario. El donostiarra no tiene la técnica del catalán, pero si atesora la paciencia, el tempo y el pase en largo. Con eso y un poquito de Iniesta o Silva, España es capaz de no perder el rumbo.
Ayer Del Bosque experimentó los primeros 45 minutos con un equipo de juego directo. Llorente, Navas y Mata obligan a España a jugar balones largos, bien para que Llorente los baje y habilite a los medios o bien para que los extremos traten de vencer sus duelos en la busqueda del espacio. El problema es que para este tipo de fútbol, no puedes situar como lanzador del pase a Marchena o Javi Martínez, ya que ninguno de los dos es especialista en centros de larga distancia. Para ese tipo de fútbol, los jugadores idoneos serían Xabi Alonso y Piqué. No obstante es interesante que el técnico utilice este tipo de partidos para probar conceptos nuevos, ya que en el Mundial, a buen seguro deberemos echar mano de ellos en algún momento. No olvidemos que España llega como favorita, todo el mundo sabe a lo que jugamos así que es de esperar formulas imaginativas por parte de los rivales para taponar nuestras virtudes. Algo parecido a lo que ha sufrido el Barça en casa este año. Líneas defensivas muy adelantadas y cortocircuitar a Xavi como sea.
Volviendo al tema Xavi y en clave blaugrana, me preocupa la dependencia generada. El Barça ha sufrido muchísmo este año ante las pocas ausencias del de Terrasa. Supeditar un estilo y una filosofía a un solo jugador es extremadamente peligroso. Esta es una de las razones por las que el Barça se ha lanzado a por el gunner, con el fin de perpetuar un estilo que es ya marca de la casa. Dicen que Cesc es el sustituto natural. Yo no digo que no lo sea, pero a día de hoy, no le veo preparado para asumir las funciones de Xavi. Cesc entiende el fútbol más a la inglesa, partidos de ida y vuelta, donde la posesión no es tan importante y en el que un robo en el centro del campo no supone tanto riesgo como en el Barça. Con laterales ofensivos como Alves y Abidal, con centrales como Piqué habituados a incorporarse con asiduidad al ataque y equipos encerrados en su área el 90% del tiempo a la espera de una contra letal, es indispensable que se pierdan los menos balones posibles. En esto creo que Cesc deberá trabajar y mucho, aunque de la mano de Guardiola, su adaptación puede ser relativamente corta. Si además tienes a tu lado a Xavi, ni te cuento. Solo el teimpo dirá si la decisión del Barça es o no acertada.
Lo dicho, las dependencias solo vienen a confirmar la categoria de los jugadores. En principio no son ni buenas ni malas, son inevitables. Si tienes a un jugador como Xavi, que incide directamente en tu forma de jugar, solo puedes hacer una cosa, quitarlo y practicar otro tipo de fútbol o dejarlo y disfrutar de él hasta que el cuerpo aguante.