Revista Expatriados
Cuando en los cincuenta y los sesenta muchos países accedieron a la independencia, la identidad nacional fue una cuestión más importante que la democracia. Siguiendo, conscientemente o no, el ejemplo del Partido del Congreso Indio, muchos de los líderes y partidos que condujeron a sus países a la independencia se vieron a sí mismos como encarnaciones del espíritu nacional. Una vez que hubieron catado el poder después de la independencia, le cogieron gusto y se reafirmaron en su convicción de que ellos eran los verdaderos representantes de la voluntad popular.
En Malasia todo arranca de la II Guerra Mundial. Como en otras partes de Asia, la ocupación japonesa lo que hizo no fue que los ocupados añoraran a sus antiguos señores europeos, sino que se dijeran que como uno vive mejor es sin jefes. El Gobierno laborista británico, al que le tocó tomar las riendas de un Imperio arruinado y maltrecho, era consciente de esto y trató en los distintos territorios de buscar nuevos acomodos que permitiesen salvar los muebles.
En el caso de Malasia ese nuevo acomodo fue la Unión Malaya, un experimento que les salió rana porque lo que consiguió fue excitar los ánimos y despertar políticamente a los malayos. El plan preveía que los estados serían colocados bajo un gobierno central a cuyo frente estaría un gobernador designado por la Reina. En los estados los poderes administrativos serían ejercidos por el residente británico. Los sultanes verían su papel reducido a las cuestiones relativas al Islam y a las costumbres malayas. Singapur sería separado de la Unión para que operase como un puerto libre. Chinos e indios nacidos en Malasia recibirían el mismo estatus que los malayos.
Del 1 al 4 de marzo de 1946 41 organizaciones malayas se reunieron en el Sultan Sulaiman Club de Kuala Lumpur para debatir sobre la Unión. Fue allí que se decidió la formación de una organización que agrupase a todos los malayos, la “Pertubuhan Kebangsaan Melayu Bersatu” (PEKEMBAR), Organización Nacional de los Malayos Unidos, más conocida por sus siglas en inglés: UMNO. La constitución de UMNO fue formalizada el 11 de mayo de 1946 con Dato Onn Jaafar a su frente. Los objetivos que se fijó fueron la independencia, la defensa de los derechos de los malayos y la salvaguardia y defensa de la religión y las tradiciones malayas así como la soberanía de los sultanes. La amalgama de etnia, religión y tradiciones me recuerda mucho a la que defendía por esas mismas fechas la Liga Musulmana de Jinnah. Otro parecido entre ambas formaciones es que sus impulsores eran miembros de la élite. La diferencia esencial es que sí que preexistía una etnia malaya, mientras que la etnia musulmana india era una entelequia del señor Jinnah.
UMNO fue un éxito inmediato. Su plataforma tenía algo con lo que contentar a cada segmento del pueblo malayo, desde los sultanes hasta los funcionarios más bajos. Además había introducido ese concepto tan caro a las políticas identitarias: ellos contra nosotros, siendo ellos todos los no-malayos.
Los británicos se vieron obligados en 1948 a suprimir la Unión Malaya y a restaurar los derechos de los sultanes en la Federación Malasia. También en ese momento la insurgencia comunista, que azotaría al país durante los siguientes diez años, empezó a dar los primeros coletazos. Por aquel entonces, los británicos animaron a los chinos a que se asociaran, lo que estos hicieron creando la Malayan Chinese Association. El comunismo estaba ganando simpatizantes sobre todo entre la comunidad china y la estrategia de hacer que los chinos no-comunistas se aliaran parecía un sabio movimiento. Conociendo las maneras habituales de proceder de los británicos, uno puede preguntarse si no se trataba también de enfrentar a las distintas etnias. Divide y vencerás.
Bueno, no seré malo del todo. Tengo que reconocer que a propuesta británica en enero de 1949 se creó un Comité de Buena Voluntad Chino-Malayo, compuesto por cuatro chinos y cinco malayos, entre los que se contaba Onn Jaafar. Este Comité se abrió a otras comunidades y en abril de ese año se convirtió en el Comité de Enlace de las Comunidades (CEC) .
La experiencia del CEC le mostró a Onn Jaafar las grandes posibilidades que ofrecía la cooperación intercomunitaria y pensó que había llegado el momento de que UMNO se reconvirtiese en Organización Nacional de los Malasios (no Malayos) Unidos y se abriese a todas las demás etnias. En su opinión la colaboración con los no-malayos resultaba ineludible para alcanzar la independencia. Su aspiración era crear una identidad malasia, no simplemente malaya.
Onn Jaafar tropezó con los intereses de los sultanes. Cada vez estaba menos claro qué papel les iba a quedar en el tipo de Malasia que Onn Jaafar había empezado a defender. Parecía que iba orillando esa cuestión cuando surgió una nueva, la de la igualdad de derechos políticos entre malayos y no-malayos.
Durante la colonia, los británicos habían fomentado la entrada de indios y chinos en Malasia, amenazando el predominio demográfico malayo en su propio país. Además, aparte de los mismos británicos, los chinos habían sido los principales beneficiarios del progreso económico de Malasia en esos años, de manera que tenían una posición preponderante en el comercio y la economía, mientras que los malayos habían quedado relegados o bien al funcionariado o bien al sector primario de la economía.
Muchos malayos estimaban que si se concedía los mismos derechos políticos a las otras etnias, quedarían reducidos a una etnia subalterna en su propio país. Un compromiso podía ser que derechos políticos a otras etnias a cambio de discriminación positiva en la enseñanza y la economía a favor de los malayos. Pero esa solución, que parecía tan razonable, tenía un quid: dada la evolución de los equilibrios étnicos, no podía descartarse que los malayos quedasen en minoría frente a los no-malayos con lo que la discriminación positiva dependería de la buena voluntad de los otros.
Los siguientes dos años los pasó Onn Jaafar batallando por la cuestión de la igualdad de derechos políticos para los no-malayos y porque se les permitiese ingresar en UMNO. En 1951 se hartó de darse cabezazos contra el muro de sus correligionarios, tiró la toalla, abandonó UMNO y creó su propio partido, el Partido de la Independencia de Malaya (PIM). Posiblemente Onn Jaafar no hubiese calibrado bien la fuerza de los sentimientos comunitarios y hubiese sobrevalorado la fuerza de su propio carisma. Su sucesor al frente de UMNO, Tunku Abdul Rahman, también tenía un ego desmesurado, pero no cometió el error de minusvalorar la fuerza del comunitarismo.
Tunku heredó un partido desorientado. Aunque al final Onn Jaafar hubiese salido derrotado, sus esfuerzos habían sembrado dudas en las filas del partido y su marcha había comportado la deserción de sus partidarios, que se habían integrado en el nuevo PIM. Para que UMNO volviese a tener una orientación, Tunku optó por hacer justo lo contrario de lo que había hecho Onn Jaafar. Reafirmó que el partido debía orientarse a la defensa de los derechos de los malayos.
Tunku se dio cuenta del peligro que representaba el PIM, cuyo mensaje de apertura a todas las comunidades resultaba muy atractivo incluso para muchos malayos. Tunku era buen estratega y también comprendió una realidad: dado que eran la etnia mayoritaria, la independencia no podría hacerse sin los malayos y el partido que lograse aglutinar su voto, sería el que conseguiría dirigir a la Malasia independiente.
Los británicos convocaron elecciones municipales en Kuala Lumpur para febrero de 1952. Tunku buscó atraerse a los malayos mediante promesas concretas de mejoras en su nivel de vida y su situación económica, no mediante grandes principios. La cuestión de las relaciones intercomunitarias la resolvió de una manera muy hábil. No abrió UMNO a los no-malayos, sino que se alió con el MCA para presentar una lista unificada de candidatos. Los analistas pensaban que UMNO no tendría mucho que hacer en esas elecciones. Tunku era un político recién llegado frente al más experimentado Onn Jaafar y el PIM parecía ofrecer una plataforma muy atractiva y además se había atraído al partido de la minoría india, el Malaysian Indian Congress (MIC). Para sorpresa general, de los 12 escaños en liza, la alianza UMNO- MCA se llevó 9. En las siguientes elecciones municipales que se celebraron ese año, UMNO y MCA mantuvieron su alianza y fueron cosechando victoria tras victoria.
Así pues, 1952 fue un año clave para la Historia de Malasia. Había dos modelos posibles: el del PIM de un partido multiétnico y el de UMNO de una alianza entre partidos étnicos. Triunfó el segundo modelo. Uno de los motivos de que triunfase fue que los chinos razonaron de manera similar a los malayos. Temieron que si se integraban en un partido multiétnico como el PIM su fuerza quedaría diluida. Tener su propio partido étnico, el MCA, les haría más fuertes. Por otra parte, aunque el ideario del PIM les era más favorable, tras las elecciones municipales de Kuala Lumpur, muchos líderes chinos del MCA pensaron que Onn Jaafar y el PIM pecaban de utópicos y que el futuro pasaba por alcanzar un entendimiento con UMNO.
En marzo de 1953 UMNO y el MCA consolidaron su alianza (en lo sucesivo conocida como la Alianza (Perikatan en malayo), no es que fueran muy imaginativos) y declararon que su objetivo era el autogobierno y la eventual independencia de Malasia. Pidieron que se celebraran elecciones al Consejo Legislativo Federal, cuyos miembros hasta ese momento eran designados, para 1954. Al PIM le pillaron con el paso cambiado. Aún estaba lamiéndose las heridas de las derrotas en las municipales y viendo cómo presentarse como la vanguardia de la lucha por la independencia y hete aquí que el UMNO y el MCA amenazaban con adelantarle por la derecha. También les pillaron a los británicos con el paso cambiado. Para ellos lo prioritario era derrotar a la insurgencia comunista y no creían que Malasia estuviera preparada para la independencia. Además, los británicos preferían al PIM.
Después de muchas discusiones, los británicos accedieron a convocar elecciones al Consejo Legislativo, que contaría con 52 miembros elegidos y 53 designados, y de éstos siete serían designados por el propio Gobernador General. La Alianza anunció que boicotearía al Gobierno y a las elecciones y retiraría a sus representantes de las asambleas municipales. Cuando los británicos advirtieron el grado de movilización de los partidarios de la Alianza, se acojonaron y cedieron. Habría elecciones en 1955 y se aceleraría el proceso hacia la independencia.