Sigamos pues con este listado informal, comenzando por los tintos, como en el caso anterior, gallegos, terreno del que, como ya dije, cuento con mas referencias. Estos siguen siendo...
LOS VINOS DE LOS QUE ME ACUERDO (II)
Tintos (categoría vino del año 2008/2007)
Guimaro 2008; Pasa que la mencia es una casta bastante puñetera. Dicen los mayores que sabe bien cuando se la ha tratado a su gusto y cuando no, que sabe ofrecer a quien se molesta en mimarla, y que engaña en la boca al que espera algo mas que pura fruta, tierra y río, que son básicamente los tres elementos que la componen. Y que se disfraza de repollo, de verdura cocida o de cartón mojado (depende cuanta "aldea" tiene uno en los genes) para que solo los pacientes disfruten después de las fresas, la grosella o la mora, de la juventud a raudales y de la frescura atlántica. Guimaro es básicamente esos tres pies y algo más. No se cuanto mas nos durara la celebración de un vino que resume la mencia clásica sin asperezas, con estilo y garantía como hace este vino, pero espero que la cosa de para mucho. Esta añada 2008 ocupa el peldaño que en su día el mencia que primero me introdujo en los verdaderos valores de la variedad, un Priscillus de 2006 directamente sacado de los socalcos en pendiente de la Ribeira Sacra. Frescura con cuerpo, nariz a fruta fresca y terroso en boca con una acidez contenida pero manifiesta. Mencía.
Viña Regueiral 2007; Para los que buscan la explicación por la cual este vino parece guardar un regusto a crianza... no la hay. Es un Mencia del año, es un mencia hecho al modo tradicional, sin abusos, explotando en escasísimas producciones lo que da de si la finca donde nace y nada más. Y aquí para mí radica una de las riquezas mas manifiestas de la Ribeira Sacra como DO... que resume toda una forma de hacer viticultura al modo tradicional o más francés. Un manera de vinificar donde cada esquina, cada peldaño de montaña, cada requiebro del río ofrece diferencias palpables y evidentes hasta para el mas neófito. No hay demasiada distancia entre Guimaro (Sanmil-Brosnos) y Viña Regueiral (Barantes de Riba). Ambos están en el Concello de Sober, ambos son básicamente Mencia y ambos se elaboran sin crianza pero saben tan diferente (matices varietales a parte) que uno entiende a primera vista porque un Ribera del Duero de Valladolid y uno de Burgos no pueden pertenecer a la misma DO ni de coña. Un vinazo, si utilizamos el termino que mas resume para todos estas cosas.
Tintos (Categoría con madera)
Lalama 2005; Es muy probable que el viñedo donde se asienta la Mencia, la Garnacha y el resto de uvas (Mouratón ocasionalmente, brancellao, garnacha tintorera...) no sea el mejor. No al menos el más complejo, con el suelo más particular o en mayor pendiente... pero a día de hoy da igual. Lo que se ha conseguido con este vino en ocho años de duro trabajo se manifiesta cuando uno se puede apuntar a una cata vertical 2002-2007 de este vino. Y es que de repente, todos los manuales de viticultura que negaban la propiedad de largas crianzas o de mejora con el tiempo a la mencia carecen de valor ante este y otros ejemplos. se encuentra uno en este 2005 con una opulencia y una fineza difíciles de encajar... siempre, claro esta, que se goce de la paciencia precisa. Porque Lalama, como esta sucediendo a otros ejemplos a un nivel muy similar, necesita espacio, necesita respirar y que lo dejen tranquilo. Todo para un rosario de aromas varietales, de moras y de especias, de boca amplia y de recorrido, de calidez y persistencia. Un buen ejemplo de lo que nos espera.
Régoa TN 2007; Y digo TN y no Regoa normal por una cuestión de matiz. Porque si Lalama es lo que se ha hecho Regoa es lo que hará. José María esta, en el sentido mas esperanzador e inspirador de la palabra, loco. Loco por el viñedo, por la Mencia y por la Brancellao (Alvarello), que mima y consiente en su viñedo de once hectáreas, conseguidas una a una en la misma Ribeira Sacra. El si goza del mejor viñedo, el si opera sobre terrenos extraordinarios y el si tiene muy claro, como otros, que la Mencia reposa básicamente sobre los hombros de aquellos dispuestos a amarla y a respetarla. No sobre los que la explotan sin miramientos, no sobre los que la utilizan cual vulgar chulo, a euro con veinte el quilo y me da igual de donde venga y lo que traiga.
José María cree tanto en la mencia que creía, primero que muchos y al mismo tiempo que otros, que la crianza en barrica de este vino obtendría resultados como estos. Y acertó. Regoa TN son siete meses de crianza en barrica troncocónica de madera francesa, son 14 grados, es carne, es pura uva, es sobrextraccion pero natural, sin abusos, solo lo que la uva quiso y cuando quiso. Regoa TN es mas fino, es mas excesivo pero al tiempo es calidez en la garganta y seriedad. Necesita, como parece ser característica de la uva en barrica, tiempo, espacio y paciencia. Pero los resultados no desmerecen nada en el territorio nacional (para mi ya esta años/luz por delante de ciertas zonas mucho mas reconocidas) y con los años, con las décadas, estoy seguro de que alcanzaran cotas superiores fura incluso de España. Bienvenidos a los fundamentalistas de la Mencia en barrica.
Guimaro B1P; Es una lastima que las cosas funcionen como funcionan a nivel comercial porque nos impiden disfrutar mas asiduamente de este vino, diametralmente opuesto a los dos ejemplos anteriores, todo energía y potencia sin restar frescura, pero el mundo es así y así es en el universo vino. Guimaro B1P es uno de los que mas he tomado y que menos a evolucionado en botella, mas por no querer que por no poder dado que la acidez es prácticamente la misma que los dos ejemplos anteriores. La otra mitad de El Pecado ha decidido también cruzar fronteras y sus escasísimas 1000 botellas fueron poco mas que un sueño lejano, una sombra que nos cruzo por delante haya por Mayo. Para mi ha dejado huella pero dejo en su debe una rudeza de formas que solo son espejo de lo que sucede con el básico de la finca, el Guimaro de 2008, donde la frescura prevalece y solo el peso y la calidez de Lalama o Regoa TN asoman tras bastante tiempo en copa y un aumento de la temperatura. Es, sin embargo, un ejemplo más que añadir a la enorme variabilidad del terruño en esta DO, aquí opulencia aquí frescura, aquí moras silvestres y grosella, aquí fresa y perfume de flores. Lo recuerdo con mucho agrado y por eso lo referencio, aunque ahora mismo sea casi imposible obtener una botella.
Goliardo Caiño 2007; Hago aquí una loa a la voluntad de un hombre que si menos popular que otros es para mi quien garantiza con su esfuerzo la calidad de vinos como este. Rodrigo Méndez es una figura a la altura de José María Prieto (Régoa) o de Javier Domínguez (Lalama) y por supuesto al nivel de Raúl Pérez, que co-firma este vino en el que tiene que ver y mucho... pero no todo. La confianza en que la uva caiño, traída a la crianza en madera, iba a dar de si algo mas que disgustos no la tenia nadie mas que Rodri y es a el a quien hay que dar en la autoria de este vino (dado que iba a ser a el a quien iba a tener que llamar en el fracaso). Caiño fresco a rabiar, complejo y abierto. Notas de pimienta acompañadas de fruta roja fresca como frambuesa y vegetales y mineral. De fondo, muy de fondo, la madera aportando notas de café y tostados suaves. En boca, una entrada frutal que se vuelve salina. La acidez, esa marca de origen a Forja del Salnes, es notablemente menos abrupta que en los blancos pero ayuda a volverlo un vino goloso hasta el extremo, hasta la extenuación. Con todos los demás solo comparte una cualidad... que no cansa ni aburre y un peligro... que siempre pide mas.
Tintos (Categoría "Otros")
Quiero hacer un ultimo inciso para colocar en el un vino con DO y registros pero que yo creo que merece estar situado a otro nivel diferente. Lacima de 2004 no solo es un Mencia 100% de precio descomunal (34-35 € de media en tienda) sino que también es una razón para la elevación a los altares de los grandes vinos de la uva Mencia. Me gusto mucho 2005 pero 2004 me pone en la senda del triunfo de los tintos del noroeste (Mencias, Caiño, Bastardos u otras). La altura de este vino, la sutileza, la finura, el carácter y la frescura acompañando a esos perfumes naturales, a esa fruta y a esa calidez en el trago reposado, abierto y amable te colocan en la senda de los grandes vinos. Sensaciones todas que me hayan dado algunas garnachas, algún Marsannay y no pocos Borgoñas. Faltan aún mas de un trecho de camino, cierto, pero la altura alcanzada en unos pocos años me hace sospechar que en cuatro o cinco años lamentaremos no contar con alguna botella de aquellos grandísimos tintos con crianza...
Disposiciones finales.
Quiero hacer mención a otras dos cuestiones. No incluyo A Trabe de 2005 porque solo pude tomarlo en una ocasión, no en las mejores condiciones y, aunque me pareció muy buen vino, seria injusto no poder aportar mas notas sensoriales y emocionales de la prueba en cuestión. Tampoco incluyo el A Torna dos Pasas de 2007 por motivos similares... llegue tarde vaya. Este año estaré mas "al loro" seguro.
Por otra parte, no recuerdo ningún vino tinto en Valdeorras a pesar de haber probado docenas. No ha sido, repito, una añada para recordar en la DO que mas atrás, en mi humildísima opinión, se esta quedando dentro de la ola de expresión y autenticidad que si están aprovechando Ribeira Sacra, Ribeiro, Rías Baixas o Monterrei por medio de J.L. Mateo... el tren va pero Valdeorras aun no se ha subido. Démosle tiempo.
Por ultimo, como ya dije, esta es solo una lista, sin primeros ni segundos y sin ganadores ni perdedores. Son solo los que recuerdo, por una u otra cuestión pero, sobre todo, porque me gustaron a rabiar y no puedo borrarlos de mi mente vínica. Espero que alguien mas haya disfrutado como yo y que 2010 nos de a todos experiencias iguales o mejores... con vinos como estos.