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Yo serví al rey de Inglaterra (Jirí Menzel, 2.006)

Publicado el 12 julio 2010 por Rugoleor @rugoleor

Yo serví al rey de Inglaterra (Jirí Menzel, 2.006)

Título original: Obsluhoval jsem anglického krále

Director: Jirí Menzel

Guionistas: Bohumil Hrabal

  Jirí Menzel

Intérpretes: Ivan Barnev

  Oldrich Kaiser

  Julia Jentsch

  Martin Huba

  Marián Labuda

  Milan Lasica

Productor: Rudolph Biermann

Fotografía: Jaromír Sofr

Música: Ales Brezina

Montaje: Jirí Brozek

Nacionalidad: República Checa

  Eslovaquia

Año: 2.006

Duración: 120 minutos

Edad: 7 años

Género: Bélica, Comedia, Drama, Romántica

Distribuidora: Wanda Visión. S. A.

Estreno: 18-07-2.008

Página WEB: Web Oficial de la película en España

  Web Oficial de la distribuidora en España

  Tráiler de la película en YouTube

Calificación:

Crítica: 6,646 Espectadores: 79.929

Vizcaya: 6,324 Recaudación: 462.316,96 €

España:   Puntos (Popularidad):  

Rugoleor:   Índice de popularidad:  

Sinopsis:

Jan Dite es bajito, pero muy ambicioso. Hablando en plata, el joven camarero provinciano quiere convertirse en millonario. Y sabe exactamente cómo conseguirlo: escuchándolo todo, observándolo todo, y utilizando todo lo que ha escuchado y observado. Con esa convicción y un deseo irrefrenable de complacer a todo el mundo, pronto abandona su primer empleo, en un pub, por un burdel de lujo y, finalmente, por un elegante restaurante Art Nouveau de Praga. Pero ahora ha llegado el final de la década de 1.930, y las cosas están cambiando: Hitler ha ocupado Sudetenland y está dividiendo Checoslovaquia. Jan se enamora de Lisa, una alemana de los Sudetes orgullosa de su sangre aria. Se casan y, cuando Lisa regresa del frente, lo hace con una fortuna en sellos singulares que los judíos "dejaron atrás"... Tras su muerte, nada heroica, Jan vende los sellos y se convierte... en millonario. Sin embargo, sólo puede disfrutar de su fortuna durante tres años.

Comedia picaresca de Jirí Menzel, gran clásico del cine checo que, como Milos Forman, se dio a conocer durante la llamada Primavera de Praga. Al igual que en “Trenes rigurosamente vigilados (1.968)”, el film que le valió el Oscar a la Mejor película de Habla No Inglesa, Menzel parte de una novela del hoy fallecido Bohumil Hrabal para retrazar buena parte de la historia reciente de su país s través de las vicisitudes de un ambicioso camarero.

Crítica:

23.07.2008 – JOSU EGUREN

La vida es bella, a veces

A sus casi 70 años, Jirí Menzel vuelve a las pantallas con “Yo serví al rey de Inglaterra”, en la que es una nueva entrega de su prolífica colaboración con el escritor y dramaturgo Bohumil Hrabal. La carrera de cineasta checo no podría entenderse si la desligamos de la figura de Hrabal, de quien Menzel toma prestados tanto los textos que sirven como argamasa de sus mejores películas como el punto de vista alegre y vitalista que impregna toda su obra. Para Menzel -máximo representante de la aristocracia cinematográfica checa- resulta imprescindible retratar la vida utilizando los tonos más cálidos, de ahí que en toda su obra se aprecie una filia, confesada, por abordar incluso los acontecimientos más trágicos desde un punto de vista a medio camino entre la ironía y la ternura.

Han pasado más de 40 años desde que, con “Trenes rigurosamente vigilados” -la que aún sigue siendo su película más aclamada-, Menzel apuntase las claves de su obra, demostrando, como hicieron antes Chaplin y Berlanga, que el cine puede ser abiertamente combativo sin necesidad de recurrir a las armas. Porque en la cinematografía de Menzel, la crítica, política y social es un hecho recurrente que no queda solapado por la naturaleza cómica de sus personajes, pequeños héroes de lo cotidiano a los que maneja poniendo el dedo en la llaga de las alegrías y miserias humanas. En este sentido, el pequeño camarero protagonista de “Yo serví al rey de Inglaterra” se presenta como paradigma del personaje tipo del director eslavo, que lo utiliza como hilo conductor de una narración que termina convirtiéndose en un diálogo con el pasado. La película de Menzel es, en definitiva, un espejo en el que debemos mirarnos para saber si nos recocemos o si, por el contrario, tanto hemos cambiado.


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