Como sigo "muy de cabeza" en mi visita de trabajo a Perth esta semana, al menos hoy os dejo otro Zoco atrasado para darle vidilla al blog. Este artículo fue publicado originariamente en el suplemento el Zoco de Diario Córdoba el domingo 22 de febrero de 2015, y está basado en el post las colas de marea de NGC 7714 publicado aquí el 30 de enero de 2015.
A mitad del siglo XX aún quedaba mucho cielo por descubrir. Los grandes telescopios profesionales y, sobre todo, las técnicas instrumentales que permiten grabar datos científicos para ser analizados posteriormente con ordenador aún no habían evolucionado lo suficiente. Es cierto que ya entonces se conocía bien la localización y propiedades básicas de muchas de las estrellas del firmamento, pero en el mundo de las galaxias aún había mucho por aprender. Ciertamente, no fue hasta finales de los años veinte cuando el astrofísico estadounidense Edwin Hubble descubrió que existían otras galaxias repartidas por el Universo, esos otros “universos-isla” del que la Vía Láctea es sólo uno más. Una década más tarde fue el mismo Hubble quien desarrolló el esquema básico para clasificar galaxias de acuerdo a su morfología: galaxias espirales, galaxias elípticas, galaxias lenticulares y galaxias irregulares. En 1959 el astrofísico francés Gerárd de Vaucouleurs amplió el esquema original de Hubble añadiendo varios tipos de subclases dentro de las galaxias espirales según si presentaban o no brazos espirales elongados, barras y anillos. Aún así de vez en cuando se encontraba una galaxia que no atendía a ninguna de estas clasificaciones. En 1966 el astrofísico estadounidense Halton Arp compiló un “Atlas de galaxias peculiares”, precisamente incluyendo todos esos objetos extragalácticos que no tenían formas espirales, elípticas o lenticulares, sino formas irregulares muy caprichosas. La idea de Arp detrás de este catálogo era ofrecer a la comunidad astrofísica un soporte observacional para estudiar la evolución de las galaxias. En aquellos entonces muy poco se conocía sobre este aspecto. Curiosamente la mayoría de los objetos peculiares catalogados por Arp han resultado ser galaxias en fuerte interacción o incluso en proceso de fusión. En la actualidad sabemos que prácticamente todas la galaxias han experimentado estos procesos con más o menos intensidad durante su vida.
Artículo de Astronomía publicado en el suplemento el Zoco de Diario Córdoba el domingo 22 de febrero de 2015. Imagen de la galaxia Arp 284 obtenida usando datos del Telescopio Espacial Hubble. Nótese que la mayoría de los objetos que aparecen en la imagen son galaxias de fondo, salvo una estrella brillante cerca del centro y pertenece a la Vía Láctea. Esta imagen ha sido ligeramente modificada para apreciar mejor la extensión de las colas de marea de Arp 284. Al final de la cola anaranjada aparecen ahora claramente unas zonas de color azul: son regiones de formación estelar designadas como "galaxias enanas de marea". Crédito: NASA/ESA, modificación Á.R. L-S..
Recientemente el Telescopio Espacial Hubble (que, como su nombre indica, fue nombrado en honor a Edwin Hubble, quien no sólo confirmó la existencia de las galaxias y realizó estudios pioneros en este campo sino que también descubrió la expansión del Universo, pero quien nunca pudo recibir un premio Nobel porque entonces la Astronomía no se consideraba como una rama de la Física) ha observado en detalle una de las galaxias peculiares de Arp. Se trata de Arp 284 (NGC 7714) que muestra los restos de la colisión de dos galaxias acaecida hace unos 100 millones de años. Sólo una de las galaxias aparece en la imagen, la otra (NGC 7715) se encontraría a la izquierda. Localizada a 100 millones de años luz de nosotros, sobre la constelación zodiacal de Piscis, Arp 284 posee una morfología muy perturbada que incluye “colas de marea”. Estas estructuras aparecen cuando dos galaxias interaccionan: por el efecto combinado de la gravedad y del movimiento de cada galaxia parte del material se disemina hacia el espacio intergaláctico. Lo curioso es que Arp 284 posee dos colas de marea claramente diferenciadas: una corona anaranjada de la que salen dos colas de marea en direcciones opuestas (todo dominado por estrellas viejas), y otras dos colas azules que surgen de la parte central, ricas en gas y en formación estelar. De hecho, esta cola de estrellas jóvenes aparece de forma muy caótica y dispersa, no tan evidente como las colas de estrellas antiguas, que así se formaron mucho antes que las azules. No obstante, una inspección cuidadosa de las zonas más externas de las colas amarillas revela regiones azules. Estas zonas azules, bautizadas como “galaxias enanas de marea”, marcan la posición de estrellas jóvenes creadas por el material difuso que la gravedad ha empujado al final de la cola. Pasado un tiempo quizá la gravedad de estas entidades es lo suficientemente grande para que constituyan una galaxia enana que conservaría características de la galaxia madre de cuyo material se ha formado. Aún no se conocen bien las propiedades de las galaxias enanas de marea pero parecen ser muy diferentes a las galaxias enanas típicas que se encuentran en el Universo.
Historias relacionadas
- Las colas de marea de NGC 7714, publicado el 30 de enero de 2015.