Ariane Felder (Sandrine Kiberlain) es la jueza del distrito. Es una mujer de altísimas convicciones éticas y morales. En eso no hay ningún problema. El problema es que se acaba de quedar embarazada… de un criminal. Su nombre es Bob Nolan (Albert Dupontel), y es sospechoso de asesinato. De ahí que la gestación del bebé se convierta en una especie de condena para la propia jueza, que se preguntará mil veces por qué se acostaría con ese tío.
Calificación: 6,675.
Tráiler de la Película
Ficha:
Título Original: 9 mois ferme.
Director: Albert Dupontel.
Guionista: Albert Dupontel.
Intérpretes: Sandrine Kiberlain, Albert Dupontel, Philippe Uchan, Nicolas Marié, Bouli Lanners, Gilles Gaston-Dreyfus, Christian Hecq, Philippe Duquesne, Michel Fau, Laure Calamy, Yolande Moreau, Michèle Bernard-Requin, Alex Fondja, John Arnold, Babetida Sadjo.
Productor: Catherine Bozorgan.
Fotografía: Vincent Mathias.
Música: Christophe Julien.
Montaje: Christophe Pinel.
Dirección Artística: Pierre Quefféléan.
Diseño de Vestuario: Mimi Lempicka.
País: Francia.
Lugares de Rodaje: París (Francia).
Fechas de Rodaje:
Año: 2013.
Duración: 85 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Comedia.
Estreno: 11-04-2014.
Distribuidora: Vértigo Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Crítica:
11-04-2014 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
Jueza y parte
Con “9 meses… de condena!” estamos ante la típica comedieta francesa, centrada en los rifirrafes sentimentales de una jueza solterona, embarazada de un delincuente de mucho cuidado. Impredecible detonante argumental, firmado por el director de “Désiré” (1992) y el actor en “Largo domingo de noviazgo” (2003) Albert Dupontel. La trama pone en tela de juicio -y nunca mejor dicho- el sistema judicial galo, a través de toda una serie de equívocos y malentendidos, que podrían calificarse de dramáticos, si no fuera por el tono jocoso con el que están visualizados. Algo que, de alguna manera, se puede extrapolar a nuestro país.
La película ha sido todo un éxito comercial en Francia, un país que sabe cómo abordar temas de candente actualidad con un desparpajo que demuestra la salud democrática de una nación de primer orden, que sabe reírse como nadie de sus propias instituciones. Por otra parte, desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, “9 meses… de condena!” no es nada del otro jueves, puesto que el sentido del humor deriva poco a poco en una atropellada sucesión de ‘gags’, sobre todo cuando la letrada en cuestión llega a la firme conclusión de que la hegemonía del macho ha llegado a su fin.
Persiste la creencia general de que el humor francés clásico consiste en una malévola ambigüedad, fina ironía y, presidiéndolo todo, la imprescindible picardía. Si hablamos de cine, los ejemplos que acuden a nuestra memoria corroboran esta categorización, incluidos enredos tan desopilantes como “Bienvenidos al norte”, “En la flor de la vida” o “Pequeñas mentiras sin importancia”. En esta ocasión, asistir a una representación bufa a costa de tanto leguleyo, sexualidad reprimida, sofocos a tutiplén y leyes encorsetadas resulta a la postre un tanto indigesto, al tiempo que no consigue desprenderse de un cierto aburrimiento.