Ron Mueck junto a una de sus esculturas
Tiempo atrás hemos trabajado a través de nuestras tareas de Volumen el concepto de iconicidad en la escultura. Al hilo de la cuestión traemos a debate en nuestra despensa una tendencia en la emergente escultura contemporánea como es el hiperrealismo y a través de éste, la búsqueda de la provocación o asombro del público, alcanzado a partir de un sorprendente grado de realismo o virtuosismo gráfico de los modelos representados, a veces alterando la escala (modelos mucho más grandes o mucho más pequeños que la realidad) o descontextualizando los modelos en situaciones grotescas, provocativas o inusuales como hace Ron Mueck (en la imagen de arriba junto a una de sus muchas e impactantes esculturas y abajo, una de sus obras en una galería de arte ).Escultura de Ron Mueck
Las nuevas tecnologías digitales, las resinas de poliéster, la silicona y otras materias escultóricas modernas, propician que muchas de estas esculturas alcancen un grado inusitado de realismo y virtuosismo en las texturas de la piel, el pelo, etc. Aquí dejamos una amplia muestra: 19 esculturas que no podrás creer que son reales Aunque este fenómeno no es nuevo ni mucho menos: en los años 60 y en el contexto del Pop Art aparecieron las primeras esculturas de poliéster policromadas y se empezó a utilizar el término “hiperrealismo” para definir el arte de los desnudos de John de Andrea o las imágenes del consumo de Duane Hanson (en la foto) por ejemplo.Duane Hanson “Supermarker shopper” (1970)
Aprovechando esta máxima iconicidad de los modelos representados, ahora tal vez los artistas buscan otras lecturas más complejas alejadas del Pop Art y vinculadas a dar una visión crítica sobre la identidad sexual, el cuerpo, la religión, el poder y otros conceptos de candente actualidad. Hace algunos años una controvertida instalación del artista italiano Maurizio Cattelan para el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y en el marco de una Bienal de Arte, desató encontradas reacciones en los medios locales. Otras tendencias recuperan el mundo de la cultura pop , utilizando a los iconos y objetos populares del momento, como las obras de Jeff Koons y sus incursiones en la estética “Kitsch”.Jeff Koons “Michael Jackson and Bubbles”
O propuestas extremas como la del polifacético artista inglés Damien Hirst que presentó obras no ya de poliéster u otro material escultórico sino con animales reales en unas grandes urnas llenas de formol , como la del tiburón, una de las más famosas. En otras ocasiones, ciencia, tecnología y arte se dan la mano en trabajos que exploran los límites mismos de la representación y plantean tanto cuestiones éticas como estéticas, como la muestra “Body Worlds, Un viaje por el corazón” una exposición impactante que ha recorrido medio mundo con gran éxito de público, aunque no exenta de polémica y debate en los medios locales donde se ha expuesto. Esta muestra fue posible gracias a donantes de cuerpos y a la técnica de la plastinación, que fue inventada por el Dr. Gunther Von Hagens en 1977 en la Universidad de Heidelberg, que consiste en detener la descomposición del cuerpo inerte mediante la inyección de un componente plástico en las células. En definitiva, es interesante plantearse lo que estos modelos tienen de esculturas o lo que tienen de “especímenes” científicos.¿Es arte? ¿Es ciencia? Ciertamente, el hiperrealismo -y en especial cuando son figuras o representaciones humanas- provoca asombro pero también reacciones dispares en el público, pudiendo herir a veces sensibilidades, precisamente por la delgada línea que separa la representación de la realidad o cuando se utilizan con licencias artísticas como Mueck, que saltó a la fama con“Dead Dad“ una escalofriante figura de silicona que muestra a su padre muerto, reducido 2/3 de su tamaño real, o mismamente, este bebé gigante que podemos ver a continuación.Ron Mueck “A girl” (2006)
o con intenciones satíricas o descontextualizadas como el anteriormente citado Maurizio Cattelan en algunas de sus obras como La Nona Ora (1999)La nona hora (1999) Maurizio Cattelan
En el polo opuesto, no deja de ser curioso que a la vez y en determinados contextos religiosos como la Semana Santa, miles de personas (en especial en muchas ciudades andaluzas) veneren la “belleza” de ciertas representaciones en forma de tallas policromadas que son en extremo “hiperrealistas” y ciertamente no exentas de “crueldad” en ocasiones (crucifixiones, duelos, martirios, etc.), aunque en este caso, ampliamente representadas, asumidas y consentidas en la tradición iconográfica tanto pictórica como escultórica de la religión cristiana y por extensión, en la cultura popular de muchos pueblos y ciudades.Hiperrrealismo en la imaginería religiosa
En definitiva sería interesante conocer otras opiniones o visiones al respecto y así enriquecer la perspectiva de mi alumnado de la asignatura de Volumen ante este tipo de manifestaciones artísticas, así que el debate queda abierto a quien quiera participar o comentar. De hecho, para quien no quiera entretenerse mucho, hay una pequeña y breve encuesta a continuación, que puede servir de indicador, aunque evidentemente la cuestión tiene muchos más matices que los indicados en la misma. Take Our Poll