Ah, pero ¿hay toros en Alicante?

No, no se trata de la popular seguidora del Fandi, es una señora que con sus prismáticos intenta ver al toro en la plaza de Alicante. Foto: Alex Domínguez/lasprovincias.es

“Vamos a ver si me explico: Si les cuento que donde mejor lo pasa la gente que acude a la plaza de toros de Alicante es en el larguísimo descanso de la merienda, y si les añado que después de hacer una encuesta entre aficionados de pro para que me respondieran sobre qué pase (o pases) se le había quedado grabado del festejo de ayer, la respuesta siempre es la misma: cara de incredulidad, incluso de despiste. Y, como añadido final, la sinceridad. «No recuerdo ni un solo pase. Claro que los toros...».

Miren ustedes, estoy de verdad muy cabreado porque a la tremenda incomodidad de los asientos (¿han probado sentarse en contrabarrera de primera o segunda fila?), a un piso de plaza que parece, como decía ayer, la arena de la playa del Postiguet, y a un descanso bocadillero que dura casi más tiempo que 'Lo que el viento se llevó', lo aliño con la falta del toro-toro y me encuentro con un cóctail que no hay quien se lo beba. ¿Cómo permitimos, o permite la Comisión Taurina, toros que no llegan ni a los 430 kilos? ¿Cómo el tremendo baile de los corrales para permitir, después, que por toriles salga lo que sale? ¿Y cómo entender a una afición que saca en hombros a El Cordobés, que hace lo mismo con Perera y que le niega una oreja a Morante?”

Del artículo de Blas de Peñas publicado en lasprovincias.es