Ayyy qué bonito es todo: los canales, las góndolas, los puentes, el ambiente... una maravilla!!
Ya de vuelta en España, queremos dejar un homenaje a ese fantástico país que es Italia. Así que allá vamos con uno de sus postres estrella.
Como siempre, lo primero es hacerse con todos los ingredientes:
- 1/2 litro de nata para montar (35% materia grasa)
- 250 gr de azúcar
- 1/2 kg de queso mascarpone
- 8 yemas de huevo
- Una pizca de sal
- un chorro de amaretto (opcional)
- 1 sobre de gelatina neutra
- cacao en polvo
- bizcochos de soletilla
- café amargo para remojar los bizcochos
De la nata separamos un pocillo y lo reservamos. El resto lo montamos bien y se lo añadimos a la crema de queso, mezclando con movimientos envolventes y con cuidado de no bajarla.
Por último, ponemos a calentar el pocillo de nata que habíamos reservado, y en cuanto empiece a hervir lo retiramos y diluimos en él la gelatina. Luego, con un colador, la vamos incorporamos poco a poco a la crema de queso.
Ahora toca montarlo todo. Vamos cubriendo el fondo de una fuente con bizcochos remojados en café.
No importa si no encajan muy bien, en cuanto se remojen un poquito se ablandan y ya se acomodan.
Sobre esta capa de bizcochos vertemos una capa de la crema de queso, alisándola con el reverso de una cuchara. Conviene que la crema esté recién hecha, porque al llevar gelatina corremos el riesgo de que nos cuaje y no se maneje bien.
Después espolvoreamos una capa generosa de cacao en polvo (nosotras preferimos chocolate fondant rallado).
Y seguimos así, capa tras capa: bizcocho-crema-cacao-bizcocho-crema-cacao-bizcocho... y terminando con la crema de queso. La espolvoreamos con abundante cacao y la introducimos en la nevera de 4 a 5 horas para que la gelatina se solidifique, o mejor durante toda una noche.
Y aprovechando que por fín sale el sol, puedes organizar un picnic, por ejemplo, y salir a disfrutar del aire libre, del sol, de la buena compañía y de este riquísimo postre italiano.
Ciao bambini, arrivederci !!