Me apasiona el pescado, de eso dan fé las 147 recetas que tengo publicadas hasta el día de hoy que incluyen el pescado entre sus ingredientes.
El bacalao, concretamente, no fue de mis preferidos hasta que ya tenía cumplidos los "ventimuchos". Y creo que era debido al aroma que desprendían las hojas de bacalao salado que mi madre solía colgar en la cocina cerca de la ventana para que se aireasen. Me ponía mala cuando mi madre lo preparaba con patatas o con garbanzos....
Sin embargo, con el paso de los años y cuando empezaron a regalarme bacalaos o marucas saladas, caí en la cuenta lo versátil de este pescado y lo equivocada que estaba yo al rechazar su consumo.
Menos mal que se me quitó la tontería y ahora disfruto de esta maravilla en todas sus formas. Hoy la receta está elaborada con dos alas de bacalao fresco que conseguí en la pescadería a un precio especial por llevarlo entero.Es tal la sencillez de esta receta que estoy segura de que podría incluirla en las recetas básicas o para estudiantes que tengo en el blog.
El resto del peixe, parte del cual es el de la foto siguiente, descansa en el congelador y pronto, muy pronto lo presentaré al mundo...
ALAS DE BACALAO FRESCO AL HORNO
Ingrs. para dos personas
2 alas de bacalao fresco (o desalado)6 tomates secos en aceite1 cebolla2 dientes de ajoperejil y salPanko Santa Rita (o en su defecto pan rallado grueso)Opcional: aceite de pimentón (*)
En la picadora ponemos la cebolla, los dientes de ajo, los tomates secos, el perejil y la sal. Trituramos todo junto y reservamos.
Secamos con papel de cocina las alas del bacalao y por la parte de la carne, embadurnamos con la picada. En este punto quiero hacer un inciso; he puesto la piel para abajo porque durante la cocción en el horno, los jugos permanecerán dentro del pescado. El adobo los mantendrá dentro por arriba y la piel por abajo, captáis la idea?
Una vez tengamos las dos alas bien embadurnadas, las colocamos en una fuente resistente al horno con un mínimo de aceite en el fondo.
Cubrimos con una capa bien abundante de Panko, que no es otra cosa que miga de pan rallado.
Precalentamos el horno a 200ºC e introducimos la fuente dentro con calor arriba y abajo durante unos 15-20 minutos.
Para servirlo, lo presenté con una cama de puré de patatas y con un chorrito de aceite de pimentón que siempre tengo en mi fondo de armario.
(*) El aceite de pimentón lo hago infusionando una cucharada sopera de pimentón dulce en un litro de aceite de oliva virgen ligeramente caliente durante unas horas (incluso toda la noche). Luego lo filtro y lo envaso.
Texto y fotografías: Pilar Martínez
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LA COCINA DE LECHUZA