Al final debo agradecer a la cadena FOX que sólo hayan realizado una docena de episodios de la serie Cosmos, 2014 , actualmente presentada por Neil deGrasse Tyson , y que nos intenta explicar de una forma sencilla y científica a la vez, los universos estelares y los minúsculos que se ocultan en una gota de rocío , así como los avatares de los científicos que lucharon contra la sacra razón, para descubrir los mecanismos de la naturaleza ; cada vez que llegan los títulos de crédito finales , esa sensación de insignificancia me abraza como el frío invernal . Neil nos cuenta como muchas de las luces de las estrellas, son un reflejo de algo que ya no existe, ya que la luz de esas supernovas lleva siglos viajando desde su violenta destrucción , y llega a nosotros con ese haz de vida , cuando es apenas un efecto óptico .
El firmamento al que nos agarramos como guía, es sólo un panel de recuerdos de tiempos pasados , como las ascuas que quedan tras las brasas de la pasión ; cuando uno se da cuenta que las fuerzas gravitacionales entre los astros , son extrapolables a las relaciones humanas, uno ve cerca esas luces estelares, esos núcleos que explotan al tocarse , esos azules reflejos de lo que fue, pero ya no es real.
Siempre buenos recuerdos me atrapan cuando vuelvo a probar vinos de esta bodega ribereña, como estrellas en mi firmamento personal , ya que mucho del arranque de este blog se debe a aquellas catas con Natalia Ortega en su vinoteca Assemblage ; en su sonrisa la luz de ese pasado cercano sigue siendo brillante, y hoy os hablo de uno de sus mejores vinos, este Alfa Spiga , cuyo nombre está grabado ya en mi empeñada alma inmortal , siendo mi pasaporte al Tartaro.
El Alfa Spiga 2006 es un vino elaborado con uva 100% tempranillo, vendimiada a mano , por la Bodega Ortega Fournier, con sus vides asentadas en el municipio burgalés de Berlangas de Roa ; ha tenido un paso por barrica nueva de 20 meses, 80% francés y resto americano ; color rojo cereza de capa alta, destellos brillantes y mantiene una buena lágrima ; en nariz se mostró tímido, suave recuerdo de maderas y fruta roja madura, pero de media intensidad, acusando un poco quizá la edad; en boca si mantiene un buen cuerpo, la madera ha afinado el vino y la fruta sigue presente, muy elegante y amplio, con un largo e intenso regusto frutal final, un vino para beber con calma ; puede que esté en el límite de su evolución, así que si guardas una de estas, te animo abrirla pronto. Recomendable sin duda.