En medio de un mundo sin corazón -como ella misma se encarga de definirlo- siempre es un privilegio que surjan trabajos tan comprometidos como “Las lágrimas de África“. La polifacética actriz Amparo Climent pega el salto a la dirección con un trabajo que muestra el drama y sufrimiento de todos esos emigrantes subsaharianos que se juegan la vida en busca de un futuro mejor, de una vida digna. Alérgica a sentimentalismos de manual y al drama barato, Climent sorprende con un documental -un género que le apasiona porque “es una manera extraordinaria de profundizar en los temas que me interesan”– que respira humanidad por cada uno de sus poros y en el que se ha involucrado al máximo. No se pierdan la entrevista con una cineasta que, entre otros méritos, ha conseguido con su primer largometraje acercarnos de forma clara, nítida y cercana a un drama que vemos todos los días en los informativos “mientras degustamos un buen cocido delante del televisor”, apostilla la autora. Narrado en primera persona con un excelente dominio del lenguaje narrativo, Las lágrimas de África es uno de los trabajos más apasionantes y necesarios de los últimos años. Cuando lo vean, sabrán por qué.
Amparo Climent frente al cartel de su primer documental, “Las lágrimas de África”, un trabajo en el que se ha involucrado a todos los niveles.
¿Cómo se pasa de ser actriz a ser productora, guionista y directora de un documental?
Creo que es un proceso creativo natural. El mundo de la interpretación te hace familiarizarte con todas las especialidades que rodean el audiovisual. En mi caso, siempre que he podido, he participado colaborando con amigos en rodajes de cortometrajes: como script, foto fija, ayudante, maquilladora… pero también como directora y guionista de varios de ellos: A.D:N., El viaje de Robles, Recuerdos en el jardín…
Junto con Valentín Fernández Tubaú, y Ángel García Roldan creamos hace algunos años el portal de guión Abcguionistas.com, de referencia obligada para cualquier cineasta.
¿Crees que hacía falta reflejar en la gran pantalla el drama que viven los emigrantes subsaharianos que tratan de cruzar la frontera de Marruecos para llegar a Europa?
Hasta ahora hemos visto muchos documentales en televisión o en internet, en donde nos informan del drama de la inmigración en las fronteras de nuestro país, pero llevar a la gran pantalla este tema era necesario. Es una forma de darle otra visión a este drama humano. Llegar a otros sectores de público de una forma distinta e, incluso, creativa.
¿“Las lágrimas de África” es un documento de denuncia?
Las imágenes de la vida cotidiana de cientos de personas que viven en medio de los montes, sin ningún servicio básico, sin alimentos, sin ropa, casi sin futuro… que son perseguidos, apaleados, insultados, prostituidos… y que no salga de sus bocas ningún reproche hacia Europa, creo que es suficiente denuncia que debería avergonzarnos.
¿Cómo ha sido la experiencia de poner voz tú misma al documental?
Ha sido un trabajo difícil, ya que mi implicación en la película es tan fuerte, que no quería que pudiese afectar al tono narrativo y caer en algo sensiblero que le restara dimensión a la historia.
Después de muchas pruebas, decidí que debía utilizar una voz neutra, en un punto equidistante entre la emoción y la información, ya que la narración de por sí, posee suficientes inflexiones dramáticas que no deben acentuarse con la interpretación.
Solo en momentos muy concretos: cuando hablo de los niños, del hombre que me miró a través del cristal, o al final en los “saltos”, en donde el texto se convierte en relato poético, el color de la voz se ha envuelto en el tono de las palabras y me he permitido la licencia de marcharme con ellas.
Hay un momento del documental en el que denuncias las condiciones infrahumanas de los inmigrantes, tanto física como emocionalmente. Me parece un apunte interesante porque la mayoría de veces nos ceñimos únicamente a que esta gente se juega la vida, pero no nos paramos a pensar que estas personas dejan atrás a sus seres queridos, y que el dolor emocional que esto supone puede ser más terrible incluso que el dolor físico.
En las conversaciones que he tenido con ellos y con ellas, en los casi dos años que he estado yendo a los campamentos, lo que más me dolía era, cuando me hablaban de sus sentimientos.
La soledad, es más fuerte que el sufrimiento y la pobreza, y transmitir a sus seres queridos que “todo va bien” y que pronto llegarán a “la tierra prometida”, sabiendo que quizás no puedan lograrlo, es sin duda el dolor emocional más grande.
Tenemos que ser capaces de imaginar a esos cientos de jóvenes: solos, en medio del monte, perseguidos continuamente por la policía, heridos físicamente, bien por los palos con los que les pegan, o por las concertinas de la valla, con las tiendas de plástico en donde duermen, quemadas casi a diario y teniendo que alimentarse de lo que encuentran en las basuras.
Con ilusión y energía para poner en marcha cientos de proyectos, pero anclados en medio de la nada, sin tener nada que hacer las 24 horas del día.
El documental tiene una gran carga de denuncia social. ¿Crees que Amnistía Internacional y el resto de organismos internacionales han estado a la altura en el drama de los refugiados?
Sinceramente no se cómo se está gestionando la crisis europea, pero lo que estamos permitiendo en las fronteras, nos eleva a la categoría de animales salvajes, porque ni siquiera un animal haría eso con los de su especie.
Los inmigrantes viven entre el barro, la suciedad, las enfermedades, el frio y la lluvia, y lo estamos viendo en las imágenes desde nuestra confortabilidad hogareña. Si no somos capaces de saltar de nuestra butaca y exigir que se pare este drama, nadie lo va a hacer.
Un día de estos, los medios nos informarán del número de muertos en las fronteras de Europa, mientras nosotros degustamos un buen cocido delante del televisor.
Cuéntamos en qué consisten las diferentes fases en las que se divide el documental (El Despertar, El Viaje, El descubrimiento…), y la importancia que tienen los cuadros en tu documental, ya que relacionas cada una de las fases con una obra pictórica.
El guion de la película ha pasado por varias fases narrativas hasta llegar a la definitiva. En el primero, la historia la contaba una inmigrante y en esa yo no aparecía, pero luego el valor de mi testimonio me pareció que era fundamental, así que estructuré el relato en cuadros.
Fue fácil, sólo tenía que recorrer mi propia experiencia a partir de los sucesos de la playa del Tarajal: cómo me impactó y cómo decidí que tenía que intentar hacer algo, aunque no supiese el qué.
El paso del color fue definitivo y en eso la montadora Julia Juaniz y yo estuvimos de acuerdo, así que seleccioné algunas de mis pinturas y las incorporé al largometraje.
Que duda cabe que la música compuesta por José Manuel Conde y SergioKuhlmann envuelve la historia y enfatiza los momentos por los que transita la obra.
La directora rodeada de muchos de esos emigrantes que sueñan con un futuro mejor y más digno
Es curioso como una triste botella de agua vacía, algo inservible para nosotros, puede ser un tesoro para muchos inmigrantes en Melilla, dado el valor de la reutilización y sacar el máximo partido posible hasta al objeto más cotidiano. Toda una lección de vida, ¿no crees?
Sin duda, allí cualquier cosa desechada por el primer mundo, es un tesoro para quienes no tienen nada. Por eso yo he querido mostrar el drama, no solo de la inmigración, sino de África: los niños de las calles de Melilla, las porteadoras y los hombres de las “jaulas”… todo es lo mismo, da igual el color de la piel y la nacionalidad.
“Las lágrimas de África” es un proyecto en el que te has involucrado al máximo. ¿Es posible rodar un documental de esta magnitud sin que te afecte emocionalmente?
Mi vida y mis valores cambiaron en muchas aspectos a partir de Las lágrimas de África, para mejor, por supuesto. Como digo al final de la película, “La frontera sur nos cambió la vida a todos, a los hombres y a las mujeres que conocí, pero sobre todo, a las personas que como yo, nos acercamos a conocer un “mundo”, sin saber que ese “mundo” estaba dentro de nosotros”.
¿Te gustaría seguir rodando documentales?
Me encantaría asumir otros retos en formato documental , es una manera extraordinaria de profundizar en los temas que me interesan. Pero siempre me gustaría hacerlo desde una narración poética que impregne el relato.
¿Crees que los españoles y la sociedad en general está concienciada de que hay miles de personajes que se juegan la vida cada día en busca de un futuro mejor? ¿Qué importancia tiene la educación en todo esto?
La educación y la cultura, es el pensamiento del futuro de los seres humanos. Si desde pequeños se inculcara, a través de las aulas, la importancia del respeto hacia otras formas de vida -el valor de la solidaridad, la pluralidad del pensamiento, de las ideas etc-. viviríamos en un mundo distinto en el que todo sería posible y las soluciones a los conflictos se encontrarían de manera rápida y natural.
Por último darte la enhorabuena por tu especial sensibilidad por haber convertido a “Las lágrimas de África” en una experiencia sensitiva, llena de olores, sabores y texturas. Felicidades también por agitar nuestras conciencias.
Gracias por compartir este “granito de arena” en un mundo sin corazón.