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Antonio Domínguez y el fútbol argentino (Parte II)

Publicado el 10 septiembre 2011 por Marianofusco

Antonio Domínguez y el fútbol argentino (Parte II)
La condición de Lionel Messi como uno de los mejores jugadores de la historia es casi indiscutible. El rosarino, reencarnación del desaparecido potrero argentino, es junto a Juan Román Riquelme uno de los máximos referentes del fútbol nacional hoy en día. Por su personalidad, ambos futbolistas fueron capaces de sobrevivir a la “desculturización” y la globalización del fútbol actual. El investigador analiza la situación del deporte más popular de este rincón del mundo en esta segunda parte.

-¿En el fútbol argentino hay algún jugador que pueda ser el “heredero” de Riquelme?
-Boca lo extrañará mucho cuando no esté más Riquelme. Es muy difícil que un jugador con esa personalidad pueda aparecer de nuevo. A pesar de que lo conoce todo el mundo, sigue metiendo dos o tres pases gol por partido. Los equipos contarios saben que deben marcarlo porque si lo hacen Boca queda partido a la mitad. Es muy difícil reemplazarlo. Con Toscano Rendo, decíamos en una charla en Deportea que es muy parecido a Daniel Willington en cuanto a la creatividad, la pisada y la decisión de saber las velocidades de cada pelota: un estratega. Riquelme no sorprende por ser el más rápido sino por ser el más lento. Decide cual es la velocidad del partido y así logra tener a todos los jugadores al ritmo que quiere, y acelera de repente con un pase. Es muy difícil tener esa capacidad y personalidad para decirle a todos los protagonistas de un espectáculo y al público “Acá el que controla todo soy yo. Yo decido cuando y como”. Tiene muchas cosas de Platini pero es Riquelme. Estamos hablando del, quizás, mejor jugador de la historia de Boca y que llevó a un equipo de provincia como el Villarreal de España a un penal de jugar la final de Champions League. Por el momento, no veo a nadie que pueda suplantarlo, y si aparece no sé cuanto duraría. En el plano internacional, Pastore tiene algunas cositas de él pero no es lo mismo; también es mucho más joven. Es muy poco lo que quedó en el medio local para suponer que un jugador al nivel de Riquelme pueda volver a salir rápido y durar acá.

-Menotti afirmó que le sorprendió más el descenso de Rosario Central que el de River, por ser Rosario una cuna histórica de jugadores…
-El dinero mata al arte, vos no podés adorar dos dioses a la vez: a uno tenés que querer más. Si tu Dios es el dinero, no es el arte y viceversa. Antes, los jugadores no eran financistas. El fútbol era un fin, no un medio para conseguir más plata. Garrincha nunca supo cuanto tenía en el bolsillo, Rojitas o Potente jugaban por el placer del juego, y de disfrutar de la aventura lúdica de crear. Hoy los jugadores salen volando de los entrenamientos a ver que departamento compran o a que mina llaman. Cuando el fútbol argentino comenzaba a languidecer a mediados de la década del 30, y empezaron a lavar los cerebros diciendo que lo que venía de Inglaterra servía por ser extranjero, los europeos sacaban solicitadas en los diarios escribiendo que Argentina era subcampeona olímpica y mundial, y debíamos mirarnos a nosotros mismos y no a afuera. Al fútbol argentino lo salvó el de Rosario, con Reynaldo Martino, René Pontoni, Rubén Bravo y toda la florinata que nos dio los títulos sudamericanos en la década de 1940. Y eso que no hubo Mundiales, porque sino hubiéramos pasado el trapo. Teníamos que elegir entre un montón de jugadores como Ángel Perucca o Alfredo Di Stéfano que eran titulares indiscutidos en la Selección Argentina. Eso lo trajo Rosario, y después nos dio a Leopoldo Luque, Mario Zanabria, Sergio Berti, Américo Gallego, Abel Balbo, Gabriel Batístuta y a Lionel Messi. Eso hoy es más difícil de encontrar porque por más que estén las mismas condiciones, la cultura cambió. Hace 25 años que el discurso del monopolio mediático que maneja al fútbol argentino dice que lo importante no es crear, sino que es el resultado. Entonces, si eso es lo fundamental, ¿qué incentivo se les da a los creadores?

-¿Quién impulso esa visión actual del fútbol?
-Uno no quiere hacer nombres pero nos vienen bombardeando con esa basura mediática que nos desculturizó totalmente desde hace un cuarto de siglo. También tiene que ver la globalización y los contenidos cada vez más extranjeros. La única manera de hacerte creer a vos que un Mc Donald’s es mejor que el bife de chorizo es decirte que esto último es una porquería. La única forma de hacer que te pongas la camiseta con el lagarto es convencerte que la tricota que te cosía tu abuela no es fashion. Te hacen creer que lo que vos sos, tus creencias y tus raíces no sirven, no están a la moda. Con el fútbol paso lo mismo: “Tenemos que ser como Alemania”, dijeron varios técnicos argentinos. Entonces dejemos de comer asado y hablemos en alemán. Uno no puede ir en contra de la cultura, la historia y la genética porque es antinatural y anormal. Sin embargo, el impulsor de todo esto está dando vueltas después de un fracaso tras otro pensando que tiene algo para dar. La pregunta es obvia: Si Maradona en el Mundial 1986 se hubiera doblado el tobillo en el segundo partido, ¿dónde hubiera llegado Argentina? ¿Cuántos goles hicieron de jugada Olarticoechea y Garré? ¿Cuántas veces llegaron al área Batista y Giusti? Si no hubiera sido por pelota parada, ¿cuántos goles hubieran metido Ruggerí y Brown? En conclusión, si vos colgás ocho del travesaño, hacés una línea de cinco defensores con dos volantes de marca y dejás a tres arriba, pero uno de esos se llama Diego Armando Maradona… Diego reivindicó el más viejo y rancio potrero argentino, lo que hace Messi hoy en día. Si tenés un jugador que no puede ser parado por el equipo contrario, ¿de qué vas a venir a hablar? Nos mienten por una cuestión de poder, plata y negocios a costa de destruirnos toda la rica cultura futbolística que nos hizo uno de los países más importantes a la hora de crear talentos en el mundo. Messi es un fenómeno y se terminó de formar en España porque acá no le quisieron dar la oportunidad, tuvo que ir al Barcelona a buscarla. Hay que ver si Messi hubiera estado sometido al discurso aberrante y monopólico que dan desde hace 25 años si no lo hubieran hecho medio pica piedra también, con todo el talento que tiene. Además, no se puede cambiar de Menotti a Bilardo, de Basile a Passarella y después Bielsa y luego Pekerman. Si vos sucedes a uno con otro que no tiene nada que ver con el anterior, ¿cuál es el proyecto? Es algo esquizofrénico. Estamos todos en ese desastre, en esa confusión que llevó a que Maradona vaya al Mundial y en vez de poner un mediocampo con Pastore, Agüero, Messi y Bolatti salga a jugar con Jonás Gutiérrez, Maximiliano Rodríguez y Javier Mascherano. El mejor partido que jugó Argentina fue contra Gracia, cuando entró Pastore, y los pasó por arriba. No podés decir tampoco que un estratega como Riquelme, el Platini argentino, no te sirve porque juega retrasado y en su lugar lo convocas a Verón que juega de 5 bis. La confusión, la mediocridad, la chatura del análisis, la reflexión y el aprendizaje en la que estamos sumergidos es tan grande que pasarán 20 años sin que la Argentina haya ganado algo. Ya tuvimos dos mundiales con Lionel Messi y no llegamos ni a semifinal.

-¿Messi está entre los cinco mejores jugadores de la historia?
-Y diría que sí. Tiene 24 años y ya es dos grandes jugadores en uno solo: la habilidad y la sensibilidad increíble de Maradona y la velocidad de Johan Cruyff. Maradona podía hacer a veces algún arranque a alta velocidad, pero todas las jugadas de Messi son a altísima aceleración con la pelota pegada al pie, y para colmo ejecuta bien los tiros libres y asiste de 30 o 40 metros. El conjunto de cosas que hace Messi, ni Maradona ni Cruyff las podían hacer. Está entre los cinco más grandes jugadores de la historia y no se sabe adonde llegará; es más que (Ferenc) Puskás pero todavía no tiene esa zurda quirúrgica goleadora, porque las pelotas que tenía el húngaro a 25 metros representaban un 50% de posibilidad de gol, porque pateaba a los rincones y no al arco. Messi es multicampeón de Europa, campeón del Mundo; mientras que Maradona obtuvo un título internacional recién con 26 años en México 1986, pero sin desmerecerlo porque fue un monstruo. Alfredo Di Stéfano era una Selección en miniatura, en el rol que le tocaba ocupar, lo hacía como un jugador de seleccionado nacional. Pelé está arriba sin discusión, era un genio del ataque y hacía cosas imposibles de narrar. Eso nunca más lo pudo repetir nadie porque se tenía que tener una mente fuera de la realidad. La gente tardaba 10 segundos en entender lo que había hecho Pelé, como tirar paredes con las piernas de los contrarios e incluso con los árbitros. Diego era más parecido a Garrincha, por eso no es comparable con Pelé, debido a que salía brillantemente de los problemas que tal vez él mismo generaba. Iba a buscar al bosque de piernas y los gambeteaba porque les gustaba el desafío. Pelé, en cambio, simplificaba todo, su mente siempre estaba procesando información y por ello se anticipaba dos o tres segundos antes a la jugada. Messi está arriba de Puskás, Cruyff y Maradona, y arriba suyo de momento están Pelé y Di Stéfano, nadie más.

-¿La rápida venta de jugadores también afecta al mercado europeo?
-Los abismos entre los grandes clubes y el resto será cada vez mayor. Al haberse globalizado los mercados, los ingresos de las instituciones gigantes son globales. Manchester United, Barcelona o Real Madrid consiguen recursos hasta en China, y hacen campañas y giras ahí porque es el segundo mayor mercado del planeta. Tienen una capacidad de recursos que no tiene competencia. Hasta hace 20 años atrás, el recurso principal de un club era la recaudación de los partidos y luego apareció la televisión y hoy ya es el merchandising global. Hoy venden camisetas del Manchester o Milan hasta en Islandia. Así, esos clubes terminarán jugando solos, porque los demás son relleno que no tienen posibilidad. Si en el Barcelona se lesiona Messi, lo compra a Fàbregas y se da el lujo de decirle a Thierry Henry o Zlatan Ibrahimović que se vayan, siendo estos jugadores de Selección Nacional. El Madrid también hace lo mismo, a pesar de que ahora creen que el negocio es potenciar marcas y usufructuar el glamour y la leyenda. El Madrid de mi padre no se hizo de esta forma, sino comprando los jugadores que hacían falta para tener un equipo invencible. Si tu prioridad es traer jugadores para ver cuanto facturas, pero esos futbolistas no son compatibles para ensamblar al equipo más competitivo posible, querés vender camisetas y no hacer más grande a una institución. El negocio se está robando el juego, lo está desnaturalizando, deformando y arruinando. No hay oposición si quiera.


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