Si yo lo desafiara, estimado lector, a tratar de adivinar cuál ha sido el resultado más frecuente en los 119 encuentros que se llevan disputados del Torneo Inicial, seguramente acertaría al primer o segundo intento. Aún sin mirar el título de la nota. Las razones pueden ser varias, pero los números no mienten: 27 de los partidos jugados hasta aquí (más del 22%) terminaron con apenas un gol en los 90 minutos de juego. Si a eso le sumamos los 15 empates en blanco, llegamos a la terrorífica conclusión de que uno de cada 3 choques finalizó con un tanto como máximo.
Regueiro anotó el 1-0 para Lanús, el resultado más repetido del torneo
¿Es el miedo a perder que ronda el ambiente? ¿Es la incapacidad ofensiva reinante? ¿Son los planteos tácticos que alguna parte de la prensa transformó de amarretes a inteligentes o estratégicos? Seguramente sea una combinación de todos estos factores, en mayor o menor medida. Lo que sí está claro es que no se trata de un aumento en la calidad de las defensas, un argumento que queda descartado al revisar los numerosos errores que se suceden fecha a fecha, o las dificultades que tiene Alejandro Sabella para conseguir una línea de fondo confiable que honre los colores de la Selección.
Volviendo a las estadísticas, se observa que la tendencia se ha intensificado en las dos últimas semanas, que contaron con 4 de estos escuetos 1-0 en cada una de ellas. De hecho, todas las jornadas (a excepción de la cuarta) tuvieron al menos un partido con este marcador. Desglosando el número, se llega a la conclusión de que 12 de las veces el resultado mágico se dio de visitante (¿más justificado, tal vez?) mientras que en 15 ocasiones el ganador fue el local. ¿No daba para ir a buscar el segundo y esperar el final del partido un poco más tranquilos?
Ignacio Scocco, goleador del campeonato del 1-0
El resultado que sigue en la nómina de los más elegidos es el hermano mayor del 1-0, la variante un poco más sofisticada pero igual de amarreta, el 2-1, marcador que se registró en 24 oportunidades (20% de los juegos). Más atrás en la lista están el 2-0 y el mencionado 0-0 (15 veces cada uno, 13%), seguidos del 1-1 (14, 12%). Claro está que el espectador que paga (cada vez más) por una entrada no debería ir a la cancha con muchas esperanzas de ver una lluvia de goles.
Riquelme, ilustre ausente, preocupado seguramente por la falta de goles
Se habló en esta columna hace unas semanas del efecto que podían tener en las pizarras las partidas de Juan Román Riquelme, Juan Sebastián Verón y Esteban Fuertes, entre otros. Las consecuencias saltan a la vista y no son las más positivas. La otra cara de la moneda, el vaso supuestamente medio lleno, está casí vacío: apenas 11 veces, menos de un 10% del total de encuentros, ambos equipos lograron anotar más de un gol, la última de ellas en el Superclásico de ayer. Para no dejar una sensación amarga, la nota se cierra con un video que parece sacado de otro torneo. Ojo, a no malacostumbrarse, el 5-3 no es tan común como uno esperaría…