Así se titula una nota de Catalina Serra publicada en el diario español El País (14/4/2010), que confirma nuestra interpretación (ver entrada anterior), de la repentina conversión de Roberta Smith y Alicia de Arteaga, quienes han vuelto a reparar en la vigencia de la pintura figurativa después de muchos años de anunciar su definitiva desaparición. De paso, se puede comprobar que la feria de arte de Maastricht se inclina más, en sus informes de ventas, hacia la transparencia y la veracidad que los responsables de Arco o Arte BA, especialistas en cultivar el triunfalismo ambiguo de frases como "año impar", "record de venta" o "entusiasmo del público", mientras mantienen en absoluto secreto las cifras reales.
Lo que sigue es un tramo de la nota de Serra:
"Está claro que cuando hay crisis la inversión se refugia en los valores seguros", comenta el galerista Artur Ramon, que este año se ha estrenado en la TEFAF (Feria de arte de Maastricht) y considera muy ajustados a la realidad los recientes informes sobre el mercado. "Lo sorprendente es que, según el informe de la TEFAF, el precio medio de las obras de arte contemporáneo ha descendido un 51% este año, frente al 37% de descenso de las obras de arte moderno y de la subida del 2,6% en la obra de los grandes maestros", indica, y añade: "El mercado del impresionismo vuelve a estar en alza y el contemporáneo, que en los últimos años era el más especulativo, es el que ha ha bajado más".
Lo de los maestros antiguos también es una señal. En 2009, sin ir más lejos, en la lista de los top ten ya no hay ningún artista vivo y, en cambio, se puede encontrar a Rafael en un digno noveno puesto gracias a la venta de un dibujo que alcanzó los 42,7 millones de dólares.
Ya nadie duda de que estos años pasados se vivió una burbuja especulativa similar a la de los noventa y que ha explotado de la misma manera que lo hizo entonces. Según el informe de la TEFAF, las ventas en subasta bajaron un 32% en 2008 y la venta en salas, un 21%. Las casas de subastas se apretaron el cinturón y redujeron sus previsiones, sus catálogos y sus bases de garantías. Según Artprice, el número de ventas millonarias se redujo a la mitad entre 2007 y 2009 y esto produjo que el volumen total de ventas también fuera casi la mitad de los más de 9.300 millones de dólares de 2007, año del boom.
Los más perjudicados han sido los artistas contemporáneos, que en algunos casos se han retirado estratégicamente del mercado. Damien Hirst, por ejemplo, ha facturado 14 veces menos que en 2008 (año de su gran subasta millonaria) y Jeff Koons también ha visto cómo pasaba de vender por valor de 89 millones de dólares en 2007 a los 28 millones del pasado año, con una bajada de precios, en este período del 40%. Siempre según los datos de Artprice, lo mismo le ha pasado al japonés Takashi Murakami, que pasó de vender 32 millones en 2008 a los tres millones de 2009, o al indio Subodh Gupta, que pasó de 15,1 millones a 627.000 dólares.
"Es lógico que la crisis sea fuerte en el arte porque lo es en todo el sistema económico", explica la crítica y experta en mercado Lola Garrido. "En los noventa, la burbuja estaba en los impresionistas, porque muchos de los compradores eran inversores japoneses que especulaban con el ladrillo y los riesgos financieros; cuando entraron en crisis también se acabaron las compras millonarias de van goghs. Ahora la burbuja estaba en el arte contemporáneo y, como los que compraban muchas veces eran especuladores que provenían del mundo financiero y de las inmobiliarias, ha sido ahí donde ha golpeado más fuerte. Cuando pasa esto el dinero vuelve a lo seguro. Lo que no era lógico es que un Jeff Koons costara igual que un clásico de museo".