Es un local grande, sin ninguna sensación de estrechez y luz tenue. Oscuro pero permite verse y ver los platos, que también comemos con los ojos. De hecho, el local según información en su web, es del siglo XIII, cuando aún no se le había ganado terreno al mar y en el siglo XVIII albergó un taller artesano de esparto. De ahí el nombre en un homenaje a los gremios, a los artesanos, a los trabajos manuales muchos ya perdidos. Obviamente el local original no tendría nada que ver con el actual, pero tiene un toque rústico y unas paredes empedradas para, de alguna forma, intentar evocar aquellos tiempos.
Recuerdo que era un día que había fútbol…algo que provoca la queja general de los restauradores pero que a mi me parecen los mejores días para visitar según cuales, por lo que no había mucha gente, hasta que acabó el partido claro. Tomamos varias
tapas, a compartir entre las 5 personas que éramos. Las
raciones en general son correctas, buena cantidad, sin ser ridícula ni excesiva, lo que permite probar más cosas.
Empiezo por algo de lo que voy a opinar poco… o más bien nada. Croquetas de Gorgonzola :-(
Pues eso, de aspecto, muy apetitosas y grandes, con forma de bola más que de la
típica croqueta. Por los comentarios del resto de la mesa, sabrosas y logradas. Sobre todo si eres quesero. Por suerte como no era un menú los platos llegaban a buen ritmo y había más de uno en la mesa, así no me quedé parada.
Un plato que aunque es ligero por definición, puede ser muy completo. Es el caso de esta
Ensalada Thai con Mango. Además de la base vegetal de cualquier ensalada, unos
langostinos preparados directos para comer y el toque dulzón del
mango provocaba una buena combinación de sabores. Debo reconocer que una buena
ensalada con fruta me seduce mucho, sobre todo cara al buen tiempo. Quizá porque en las ensaladas todo cabe y son muy “¿costumizables?”. Si os gustan como a mi, os la recomiendo.
Otras Croquetas.
De Jamón. Y estas no me las salté, y menos mal que no lo hice. También con forma redonda y de buen tamaño, muy aceptables tanto en sabor como en fritura. Servidas sobre una pequeña
lágrima de crema de patata juraría, como un pequeño toque diferencial que no tapaba el sabor de la croqueta. Conseguidas, muy conseguidas.
Otro de los platos que últimamente parece que no hay nuevo restaurante que no se atreva a ponerlo. Hace solo un par de años no era fácil encontrar un
Steak Tartar o un Tartar de Salmón o Atún. Ahora, o de un tipo o de otro, es mucho más habitual encontrarlo. Como en todo lo que se hace más popular también tiene el riesgo de ser más comparado por tener más referencias. En este caso, el que tomamos en
Artesans era de
atún y estaba bien aderezado, la verdad. Quizá debo decir que no es de los mejores que he tomado, pero no es ni mucho menos despreciable.
El atún se veía de muy buena calidad que es lo que va a marcar la diferencia ya que el sabor, tratándose de algo que se adereza sin fórmula fija, se encontrará más o menos buenos dependiendo de que ese
aliño sea más o menos afín al paladar de cada uno. Resumiendo, bueno y equilibrado. Me permito la licencia de sugerir un cambio en la parte crujiente que acompaña. En esta ocasión era una
pasta filo que era muy fina para acompañar. Y, como siempre, la sugerencia desde la posición más humilde, la mía!!
Uno de los platillos con más éxito y más fotogénico… esto del
#eggporn es ya una colección de como se puede retratar
el huevo de la forma más apetitosa. Las
Alcachofas con jamón ibérico y huevo en dos texturas era el modelo perfecto. Una buena proporción de los tres ingredientes, nada de tener que rebuscar con el cubierto alguno para poder probarlo. Una buena mezlca, el huevo en su punto para romperlo y que chorree su yema como si fuera un coulant que vierte su chocolate. La
fritura de las alcachofas y el jamón era la justa para marcar los sabores sin pasarse. Si sois de
huevos rotos, este no os lo podéis perder.
Algo de cáscara que se come sin hambre como si fueran pipas: unos
Mejillones con aroma de cítricos. No los había comido nunca así, la verdad, siempre lo típico
al vapor, a la marinera… pero estos estaban muy aromatizados, no se como los habían hecho pero me gustaron muchísimo. Supongo que se añade alguna
la piel de naranja o limón o mandarina por los restos que había en el plato y se infusionaba. No me importaría nada saber la receta. Quizá la novedad pesó, pero también a veces probamos algo por primera vez y … casi casi por única.
Otro plato que me sedujo mucho solo por los ingredientes fueron unos
Garbanzos estofados con calamar y gambita. Los había tomado con Langostinos y me parecía una combinación muy buena, pero no con calamar. Quizá no es lo más recomendable tomarse un plato por la noche, pero al compartirlo fue ideal para saborearlo. Estaban un poco fuertes, para algunos, seguramente sería salado. A mi no me importó pero aún gustándome la comida “sabrosona” lo noté un pelín pasado. Supongo que no es algo habitual y es posible que ese día se les fuera un poco la mano. Habrá que volver para comprobarlo. No me importaría lo más mínimo repetir este guiso.
Y por último antes del pecado, llega su plato estrella:
Carrillera de Ternera con Parmentier Trufada. Después de 36 horas de cocción, la melosidad de la ternera era extraordinaria. Se deshacía en la boca, hay que decirlo. Muy tierna, y desde luego, no sé si fueron 36 horas cronometradas, pero que fueron muchas seguro porque sino la
carrillera no queda así. Además servida con una
tostada con un muy buen
alioli, de los de verdad, que le sentaba fenomenal.
Como postres tomamos una pequeña muestra de lo que ofrecen en su carta a compartir entre todos, algo que se agradeció. Una variedad donde no faltó algún clásico contundente como el
Brownie o la Cheesecake los dos correctos sin nada que reprochar pero tampoco sin nada a destacar especialmente, una
Naranja Natural Confitada, ideal para desengrasar (como decía mi queridísima abuela) y un
Pudding de Mango en el que si debo profundizar.
El pudding era con una textura tipo
mousse y me pareció uno de los mejores postres que he tomado últimamente. Aunque pueda parecer pretencioso, a todos os pasará que vamos perdiendo la capacidad de sorpresa, bien sea en una comida, en un paisaje o en una película de cine. Según vamos adquiriendo experiencia (por no llamarlo haciéndonos mayores) cuesta más encontrar algo que llame la atención especialmente. Este
postre de mango logró en mi este efecto. Así como el resto fueron todos en su punto y que se elegirá el más o menos alto de la gama (del brownie a la fruta), este fue diferente. Si queréis variar un poco pedidlo. Muy recomendable.
la Chef
Ana Pons con la ayuda de
Juan Bertrán con experiencia en Cañete son los artífices de la carta de
Artesans. Como conclusión, teniendo en cuenta que a veces estas aperturas dan un poco de “miedo”, más aún si son por el
Born, como es el caso, o por otras zonas turísticas, el balance es positivo. No es un
Estrella Michelín ni un restaurante de diseño que roza la extravagancia buscando sobresalir. Sencillo, mezclando lo clásico con algún que otro atrevimiento moderado, pero en conjunto
buena cocina, bien hecha, buen ambiente y buen trato. Los precios dependerán de la elección, como siempre y los hay muy diferentes: desde unos
4,5 Euros por un par de croquetas, bajo mi punto de vista algo excesivo 2,25 Euros por una croqueta aunque están muy buenas; hasta
12 Euros por la carrillera o un solomillo que encuentro más proporcionado. Tenéis toda la carta con los precios en
Artesans Barcelona, su web. Ofrece un menú diario, una buena opción para probar que creo que cuesta 12 Euros.
Un buen descubrimiento!.