La significativa desaceleración del ritmo y la calidad de los estrenos cinematográficos indica que la llegada de las vacaciones es inminente; y como cada julio --y que sean muchos más-- abandono mi hábitat urbano para embarrancar durante unos días en la playa. Llegaré allí con unas pocas aunque (espero) intensas lecturas, entre ellas la del periódico de cada mañana, incluyendo el ritual de ir a por él.
Las lecturas escogidas para estos días son Hombres salmonela en el planeta porno, un libro de relatos del inclasificable Tsutsui Yasutaka y Bobos en el paraíso. Ni hippies ni yuppies: un retrato de la nueva clase triunfadora de David Brooks, un irónico ensayo sobre esos nuevos e ingenuos pijos que ha producido la sociedad de la información y que pasan de la política pero pretenden cambiar el mundo a base de cultura.
Aun así, la inactividad no será total y dejaré un texto sobre uno de mis filmes preferidos de todos mis tiempos: La noche americana (1973) de François Truffaut. Espero vuestros perspicaces e ingeniosos comentarios, que os aseguro responderé a mi regreso.
Mientras llega ese momento ahí va este cóctel audiovisual hecho de Wes Anderson (Viaje a Darjeeling) y OneRepublic (Stop and stare), dos buenos ingredientes que combinados resultan aún mejores y que espero os espolee hacia nuevas y trascendentes reflexiones sobre la vida (y el amor también) como lo ha hecho conmigo:
Y para compensar tanta ansia trascendental, una breve recomendación para estos días de descanso que es también una filosofía de la vida (hay que ser práctico en estos tiempos de recogimiento consumista):
«Llegamos al final del filme y éste es el sentido de la vida [...] No es nada especial: sé amable con los demás, evita la grasa, lee libros, camina y procura vivir en paz con personas de cualquier credo o nación. Y ahora unas fotos de penes, sólo para molestar al censor y para levantar polémica, la única manera de apartar al jodido público del vídeo y hacerle volver al cine. ¿Diversión familiar? Leches, quieren guarradas. Masacres con motosierras en reuniones de Tupperware. Candidatos presidenciales gays apuñalando a las canguros. Patrullas de vigilantes estrangulando pollos. Críticos teatrales armados exterminando cabras mutantes. ¿Dónde está el humor en el cine? Bueno ya está. Ahora el tema musical. Buenas noches» (Monty Python: El sentido de la vida, 1983).
No dejéis de opinar!!!
Nos leeremos!!!!