Otra recetita fácil y rápida de hacer, y con el toque sorprendente de la vainilla, no es un aroma muy pronunciado y tampoco es dulce, así que animaros a probarlo, pues hay que salir un poco de la rutina.
1 trozo de bacalao desalado por persona (yo los compro congelados ya desalados) 1 cucharada sopera de salsa de soja 2 cucharadas de aceite de oliva suaveSi el bacalao es congelado como el mío, dejar descongelar la noche anterior en la nevera (o en el microondas si no hemos sido previsores).
Poner en una fuente el aceite y la soja, abrir la vaina de la vainilla por la mitad, y raspar la parte interior para extraer las semillas, añadirlas a la fuente con el aceite y la soja, y mezclar bien.
Sacar el bacalao de la nevera y secar el exceso de agua que pueda tener y poner en la fuente con la mezcla de aceite, soja y vainilla, embadurnarlo bien y dejar reposar en la nevera de nuevo una 1/2 hora.
En el momento de hacer el bacalao, poner a calentar la sartén y poner directamente los filetes en la sartén, por la parte de la piel, mover un poco la sartén para despegar los filetes y tapar para que se haga al vapor la parte sin piel, si vemos que se queda sin aceite, añadir un poquito, en el momento de sacarlo, girar el pescado y ponerlo un momento por la otra cara, para que se acabe de hacer, tenerlo menos de 1 minuto y moviendo la sartén, para que no se nos pegue. Y listo para servir