Mi puntuación 4/10
Revista Cine
Para algunos como Will Smith los años no pasan, e incluso los mejoran, lo cual no se puede aplicar a un hinchado Martin Lawrence que se reúne con su chico malo diecisiete años después de una segunda parte que ya estiraba un insípido chicle. Así que poco podíamos esperar de esta tercera entrega, y por lo visto no última, que se viste de autohomenaje y ablanda a los implicados para contarnos una historia telenovelesca con escasas y descafeinadas secuencias de acción y algún que otro chiste que ni en los noventa hubiera hecho gracia. No se nos ocurren razones para enfrentarse a esta nueva secuela a menos que seas un fan acérrimo de la saga o de sus protagonistas.