Música: Zacarías M. de la Riva
Un mal de origen sobrenatural está infectando el pueblo de Marinbad y a sus gentes, amenazando con extenderse más allá de sus límites geográficos. Algunos hombres del lugar consiguen que las autoridades construyan una presa que inundará para siempre el pueblo, sellando el Mal bajo las aguas. Pero algo quedó allí abajo cuando las aguas cubrieron Marinbad... Cuarenta años después, en la actualidad, varias desapariciones y muertes en circunstancias misteriosas asolan Debaria, el pueblo creado junto al lago artificial que cubre Marinbad. El Mal que habita en el pueblo sumergido está emergiendo de nuevo.
Una se sorprende, la otra llora amargamente... Nosotros también.
Hay ocasiones en las que merecería la pena que me estuviera quietecito y no me vendría nada mal que me autoaplicara esa máxima que reza "la curiosidad mató al gato". En este caso no me ha matado, pero ha faltado poco. Eso sí, de haber acabado conmigo, habría sido a base de carcajadas, que es lo único que esta bazofia de película ha provocado en mí, aparte de una vergüenza ajena tremenda.Bajo Aguas Tranquilas es una producción de la Fantastic Factory, esa productora española que en sus siete años de vida (2001-2007) tuvo tiempo de parir nueve películas de terror rodadas en inglés, con resultados muy dispares. El cierre a esa aventura (menos mal que fue la última) lo puso Brian Yuzna con esta pésima adaptación de la novela Beneath Still Waters (que tengo en casa pendiente de leer...), resultando una película que no tiene ni pies ni cabeza, un auténtico bodrio de dimensiones épicas carente de cualquier sentido. Y eso que la cosa no empieza mal, con un prólogo interesante y que sentaba las bases para una historia mucho más sólida. Pero nada más lejos de la realidad, el resto de la película es una sucesión de despropósitos a cual mayor, careciendo de los mínimos resortes cinematográficos y argumentales que se supone debe tener una película.¡Hazlo, líbranos de sus actuaciones!
Las actuaciones son lamentables, así de claro. Es penoso ver cómo hay gente trabajando en esta película con la cantidad de buenos actores y actrices que habrá en este país. Raquel Meroño hace lo que puede para interpretar a una periodista, con un resultado inverosímil. Para colmo, en la película tiene una hija de veintitantos años, cuando la Meroño tiene en realidad 34...¡Un poco de seriedad, por favor! También aparece Pilar Soto, antaño pizpireta presentadora del Grand Prix junto a Ramón García, perpetrando aquí la peor actuación de todas y enseñando las tetas (de silicona) como en toda buena película española que se precie. Luego tenemos a ilustres veteranos del cine español como Josep Maria Pou, Manuel Manquiña y Diana Peñalver, que se ven empapados de la cutrez general del film y no pueden mostrar ni un ápice de su talento. Como colofón, destacar la horrible, cutre, mediocre, nefasta, ridícula, sonrojante, irrisoria y vomitiva ¿actuación? del nadador David Meca. Demencial, en serio.Lo único digno de la película, y eso que canta a plástico que tira de espaldas...
Los efectos especiales tampoco se libran del tono general de la película y resultan totalmente casposos, con la excepción de la criatura que aparece en la fotografía sobre estas líneas (interpretada por Javier Botet, que debutó en el cine con este papel antes de ser la niña Medeiros de [REC]...). El maquillaje es de chiste y en ocasiones da hasta pena, y las escenas de magia negra que salpican la película son tan de baratillo... En general, los FX no pueden ser más caseros, pero en sentido peyorativo.Sinceramente, es una película tan pésima que parece hecha por compromiso, y así creo que fue en realidad. Brian Yuzna no dirige, sino que la finiquita cuanto antes y con unas ganas de largarse y desligarse del contrato que le ligaba a la Fantastic Factory tremendas. Eso sí, para tomársela a broma y reirse a carcajadas sirve, aunque sea sólo un rato.